Especial

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Si había dos cosas que lograban molestar a Miguel era que no se cumpliera el canon y que se atrevieran a atacar su orgullo y Peter no solo se había atrevido a atacarlo, lo habría destrozado, solo de recordarlo sentía una gran necesidad de ir a buscarlo y romper su cuello en dos, pero tenía que controlarse, si iba por la vida asesinando a todo aquel que le molestara de alguna manera se quedaría casi solo en aquella base.


— Lyla. – Llamó a la IA que no tardó en manifestarse cerca de su rostro. — Necesito encontrar cierta información.


— Sin problema.



Peter se sentía orgulloso de haber dejado sin palabras por un momento al moreno, de ver su expresión de desconcierto. No era fanático de humillar a las personas o algo similar, pero no podría negar que disfruto cada segundo de aquella discusión hasta que el moreno respondió, estaba seguro que no hablaba en serio, aún así, le causaba preocupación. Sacudió su cabeza mientras seguía avanzando en la silla de ruedas por la base recibiendo ayuda de varios trepamuros al creer que había atravesado por un desastroso accidente.


Menos de una semana le tomó al castaño recuperarse, pero seguir usando la silla era divertido, así que permaneció una más por puro gusto hasta que se divirtió lo suficiente como para que dejara de ser entretenido. Avanzaba por el pasillo mientras se estiraba saludando a quienes le felicitaban por recuperarse por completo, se adentró en la cafetería para ordenar una hamburguesa con papas y sentarse solo disfrutando del sabor de la misma.


— Parece que estás recuperado. – Peter tosió casi escupiendo su comida, pero se pudo detener a tiempo. Sabía de quien se trataba, aún así alzó la mirada para encontrarse con la seria expresión del moreno.


— Parece que si. – Sujetó una papa comiéndola incomodo, solo quería seguir disfrutando de su actividad favorita sin que le interrumpieran.


— Esta noche en tu casa. – Miguel no le dio tiempo de responder siquiera, no había sido una pregunta pues el otro ya se encontraba alejándose.


— Creí que lo habría olvidado. – Dijo para si mismo desordenando su cabello por un momento antes de calmarse. Daba igual, seguro que ya estando en su casa y sin alcohol en el sistema el otro no podría ni excitarse por otro hombre. Solo tenía que esperar a que el moreno se arrepintiera y quizá burlarse un poco más.



El día terminó demasiado rápido para el castaño que miraba una y otra vez su reloj meditando sobre si regresar o no a su dimensión. Tomó valor y abrió el portal para adentrarse, miró alrededor con precaución, pero no había nadie a fuera de su casa, suspiró aliviado y caminó un tanto animado a la entrada de su hogar, abrió la puerta para adentrarse mientras tarareaba una canción. Se había preocupado por nada, seguro que Miguel le había engañado solo para asustarle, ahora se sentía estúpido de caer en tan boba broma. El timbre sonó y Peter se apresuró a ponerse su bata rosada para ocultar parte de su traje y abrir la puerta, fue entonces que sintió un nudo en el estomago y tragó saliva al ver al moreno plantado fuera de su puerta.


— M-Miguel, ¿Que haces aquí?


— Muévete. – Dijo molesto mientras se adentraba en aquel pequeño hogar sin preguntar. Dio un rápido vistazo alrededor sin mucho interés. — ¿Donde está tu habitación?

Buenos díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora