Miércoles ✾

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Spreen movía su pierna con desespero mientras mordía la piel de sus dedos

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Spreen movía su pierna con desespero mientras mordía la piel de sus dedos. Estaba esperando que aquel chico castaño entrará por la puerta del tren desde hace unos minutos, pero entre muchas personas nunca apareció.

Su expresión facial cambió completamente a una más triste, en verdad quería sentarse a su lado y hablarle aunque sea un poco. No verlo en su típico asiento le hizo sentir muy vacío.

Suspiro pesadamente y sacó una pequeña carta que había escrito, se supone que se la iba a entregar hoy, pero no se pudo.

Frustrado fue todo el camino escuchando música, esperando que por un milagro apareciera, sin embargo eso era imposible.

No sabe ni porque lo extraño tanto ese día, era como si le hubieran robado una parte de él. Tampoco entendía como se había enamorado así de rápido, él no era de querer mucho a las personas, y mucho menos de enamorarse.

Ese chico era muy especial.

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Y por otro lado estaba Rodrigo, o Carre, casi llorando en el piso de su habitación.

Había despertado con un dolor de cabeza, estómago y garganta horrible, no se podía ni levantar de la cama. Por obligación de su padre tuvo que que faltar ese día, aunque el se hacía el terco solo para poder ver a Spreen.

Estaba bastante enojado con el mundo y con su cuerpo por enfermarse justo ese día, en el que se había propuesto a por fin hablarle para agradecerle por el dibujo, lamentablemente no lo pudo ver.

Su corazón empezó a latir rápido al pensar en el chico, sus lindas pestañas, cabello, manos, su hermosa sonrisa que adornada su rostro.... Simplemente todo de él lo tenía encantado.

Se sentía un ridículo por haberse enamorado tan rápido de alguien, Carre siempre se enamoraba de chicos que conocía o que eran muy cercanos a él. ¿Acaso eso era el amor a primera vista? Desde ahora nunca más se burlaría de las personas que decían haberse enamorado así, porque el también era un estúpido más.

Con sus planes arruinados se echo nuevamente en su cama, donde se quedaría revisando su celular por el resto del día.

Las horas pasaban y pasaban, trataba de dormir pero no podía. Todo estaba muy aburrido hasta que tocaron la puerta de su casa, pensó que no sería nada interesante, pero su padre lo llamó diciendo que era su mejor amigo, más específicamente Robleis.

Como no tenía ni ganas de levantarse solo le pidió que suba gritando, casi se jode más la garganta haciendo eso.

Robleis al subir tocó la puerta para después abrirla de golpe.

─¡Amigazo!─ Saludo levantando los brazos ─Tu papá ya me explico porque faltaste, sos un hijo de puta, ¿como te atreves a dejarme solo? Estuve todo el receso siendo un antisocial─

─¿No ves que estoy muriendo?─

─Yo te veo perfecto─ Se sentó en la cama junto a Carre para tocarle la frente ─A la mierda, estas quemando─

─Nooo, ¿enserio?─ Dijo sarcástico ─¿Y por qué viniste?

─Porque me preocupe, y como no me mandaste ni un mensaje pensé que te había pasado algo. Traje agua y algunas pastillas que me dio tu viejo─

─Que asco, no pienso tomarlas, esperare que mi cuerpo se cure solo─ Cruzó los brazos negándose a tomar las pastillas.

─Toma Rodri, no quiero que te mueras─

Carre rodó los ojos, sabía que si no le hacía caso estaría toda la tarde molestándolo, agarró las pastillas y mientras se preparaba mentalmente Robleis aprovecho para husmear en su habitación.

─Tenes tu pieza echa mierda, deberías ordenar un poco─ Empezó a agarrar unos cuadernos para acomodarlos.

Entre esos libros se cayó uno pequeño, el cual parecía ser un tipo de diario. Por curioso lo abrió y empezó a leer todo lo que él castaño había estado escribiendo, terminando con una expresión sorprendida y a la vez emocionada.

─No me jodas─ Dijo con el diario aún en la mano, mientras veía al propietario con una sonrisa.

─¿Que pa-─ Al ver lo que Rob tenía en sus manos entró en pánico ─¡Puta madre Robleis! ¡¿Que leíste?!─ Se levantó rápidamente de su cama y agarró los hombros del contrario.

─No sabía que estabas enamorado....─

─Ay Dios─

─Parece el diario de una adolescente hormonal. ¿No había más originalidad? ─ Dijo mientras seguía leyendo ─Así que se llama "Spreen"─

─¡Pero deja de leer!─ Le quito el diario bastante sonrojado ─Es solo un chico que conocí en el tren─

─Si claro, y ese chico es taaan lindo que escribiste un párrafo completo describiendo lo perfecto que es. ¿Por qué no me contaste que estabas enamorado?─

─No lo sé, supongo que me daba mucha pena decirlo─

─No debería darte pena, a mi decime todo, para eso están los amigos─ Le dio una sonrisa de apoyo y palmadas en la espalda ─Y yo no me voy de aquí sin que me cuentes sobre ese tal Spreen, así que habla─ Se recostó en la cama esperando a que su amigo hiciera lo mismo.

Carre soltó una pequeña risita antes de empezar a contar todo como si de una película se tratase. Así estuvieron toda la tarde hasta la noche, entre broma y broma por horas, hasta que Robleis se tuvo que ir por la hora, sin antes dejarle un par de consejos al castaño para que pierda la timidez.

Después de despedirse Carre se tiro en su cama, rezando para que mañana se encuentre en un mejor estado para poder salir. Miraba el techo bastante decidido, iba a hablar con él chico y nadie ni nada iba a impedirselo.

De solo pensar en eso su cara se ruborizo, y más cuando su mente involuntariamente se imagino besándolo. Bastante avergonzado cerró los ojos intentando dormir, sin mucho éxito ya que estaba muy ansioso como para mantener la calma.

Después de todos esos días, mañana sería el mejor de todos. Estaba seguro.

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𝘑𝘶𝘦𝘷𝘦𝘴 [𝘊!𝘙𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯] [𝘏𝘢𝘱𝘱𝘺𝘣𝘦𝘢𝘳]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora