Capítulo 2

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La puerta estaba abierta. Había una habitación con una puerta en frente con el número 002.

- Deberíamos ir... - sugirió Maelo.

El resto asintió. Avanzaron hasta la puerta que estaba en frente. Bichi, que estaba a la cabeza del grupo, abrió la puerta. Otra habitación. Que extraño.

- Esto no me gusta nada - comentó Kirby.

- A mi tampoco. ¿Una habitación dentro de otra? ¿Quién haría eso? - agregó Wbada.

Se movieron unas puertas más con cautela. Podía pasar cualquier cosa.

Más rápido de lo que esperaban, llegaron a la puerta 008.

- Esa puerta me da un mal presentimiento - dijo Maelo mirando el número de puerta.

- Sigamos - ordenó Bichi -. Por ahí podemos salir de aquí.

La puerta fue abierta. Parpadearon las luces haciendo un sonido extraño.

- Puede que no estemos tan solos como pensamos... - dijo Wbada, algo asustada por lo que podía pasar después.

Esperaron. Unos segundos después, escucharon un ruido. Un ruido que nunca habían escuchado antes. El ruido se hacía cada vez más fuerte y audible. Algo se acercaba. Kirby, al notar que nadie hacía nada al respecto, les avisó que la única forma que veía de que el monstruo no les haga daño era escondiéndose en los armarios.

Y así hicieron. Se escondieron en los armarios y esperaron. El monstruo se acercó más y más, y luego, pasó de largo. Todos salieron del armario, pero uno se quedó. Era Bichi.

- ¡Bichi! ¡Sal el armario!

Pero ella no salió. Sintió que se tenía que quedar. Sin aviso, empezó a escuchar unas voces, acompañadas de unas manos. Las voces le decían que saliera.

- ¡Bichi!

Las voces de sus amigos se iban escuchando menos y menos en sus oidos. Sentía como si las palabras se le alejaran.

Las voces del armario pidiéndole que se fuera de ahí se escuchaban más y más, y sentía cada vez más las manos. Entonces, sintió que estas se apoyaban en su espalda y luego la empujaron hacia afuera. Cayó de rodillas al suelo, con las manos apoyadas en el piso. Su respiración era pesada, lo que la obligaba a respirar agitadamente.

- ¡Bichi!

Se acercaron a su amiga. Querían ver que estuviera bien.

- Pararemos lo que sea necesario - objetó Kirby. Estaba decidida a esperar a Bichi hasta que se recuperara.

- Estoy bien - dijo mientras se levantaba, sin  mucha dificultad -. Sigamos. Quiero salir de este loco lugar. Recuperaré el aire en el camino.

Maelo se le acercó.

- Caminaremos lento - dijo apoyándole una mano en el hombro a Bichi -. Saldremos de aquí.

- Cuanto más avancemos, más cerca de la salida vamos a estar - dijo Wbada con mucha seguridad.

Se había acercado a la puerta y agarrado el picaporte. Lo había bajado levemente. Estaba lista para abrir la puerta.

Cuando sus compañeros se acercaron lo suficiente, Wbada abrió la puerta 009. Estaban listos para seguir.

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