—¿Y... cómo te fue ayer? —preguntó Joey con curiosidad mientras él y Tea se acercaban a Yugi, quien guardaba unas cosas en su casillero.
—Fue encantador. —La voz de Yugi sonaba embelesada mientras sacaba la cabeza del interior del casillero—. Primero me llevó por un helado, después fuimos al parque a caminar. Me compró un algodón de azúcar y compartimos una manzana con caramelo mientras nos sentábamos frente al lago... —Cerró el casillero con un suspiro soñador—. Nuestra primera cita fue perfecta.
—Qué bonito —dijo Joey con una sonrisa sincera.
—Sí... bonito. —Tea respondió con tono más seco mientras fruncía el ceño al notar algo en el brazo de su amigo—. ¿Qué es eso?
—¿Qué? —Yugi la miró confundido, siguiendo la dirección de su mirada hasta su propia piel. Sobre la blancura de su antebrazo destacaba una marca violácea, aún fresca. Su expresión se tensó por un momento antes de reír suavemente—. Oh, esto... fue un accidente.
—¿Te lo hizo él?
—¿Qué? No... Bueno, sí. ¡Pero no es lo que piensas! —Se apresuró a aclarar, sintiendo un nudo en la garganta ante la posibilidad de que su amiga malinterpretara la situación—. Fue un accidente de verdad. Estábamos caminando junto al lago, resbalé y casi caigo al agua, pero Yami me sujetó del brazo y me jaló con fuerza para evitar que cayera. Me sostuvo tan fuerte que me dejó este moretón.
—Me cuesta creerlo.
—¿Podrías confiar en mí? —pidió Yugi, con una leve súplica en la voz.
—Confío en ti, pero... en él no.
—Me lo suponía.
La voz de Yami resonó a sus espaldas, haciendo que los tres se giraran. Tea lo miró con frialdad, pero él no parecía afectado en lo más mínimo.
—Sabía que notarías ese moretón y que asumirías que fui yo. —Desvió la mirada hacia Yugi, sonriendo levemente—. Te lo dije, ¿no?
Yugi bajó la mirada, sin saber cómo responder.
—Pero, honestamente, Tea, me da igual si confías en mí o no. —La voz de Yami era tranquila, pero había un matiz de burla en su tono—. Al final, lo que te dijo Yugi es lo que pasó. —Llevó una mano al hombro del más bajo y lo presionó con suavidad—. ¿Verdad, amor?
—Sí... es la verdad. —Los ojos de Yugi buscaron a Tea, rogando silenciosamente que le creyera—. Te lo juro.
—Y te creemos. ¿Verdad, Tea? —intervino Joey rápidamente, intentando calmar la tensión en el aire. Pero Tea lo fulminó con la mirada.
—Da igual. —La castaña cruzó los brazos, sin ceder ni un centímetro en su postura ante el comentario de Yami—. Al final, el único que pierde es Yugi, si lo piensas bien —Yami esbozó una sonrisa ladina— Así que tú eliges qué creer.
La campana sonó, marcando el inicio de la siguiente clase.
—Hora de irnos, Yugi —dijo Tea con tono seco, dándose la vuelta.
Joey la siguió, lanzando una última mirada a su amigo antes de encogerse de hombros y caminar tras ella.
Yugi también se dispuso a irse, pero antes se giró hacia Yami con una sonrisa.
—Te veré en el descanso, ¿ok? —Se puso de puntillas para besarle la mejilla, pero Yami no se inmutó. Permaneció completamente inmóvil, observándolo con una expresión impasible. Luego, sin decir una palabra, se giró y se alejó en dirección contraria.
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Amor tóxico pero adictivo || Por favor lee la descripción
Fanfiction¿Es normal que el amor duela tanto? Eso es lo que Yugi se ha preguntado todos los días desde que logró que Yami accediera a salir con él. Sin embargo, parece que esa no fue la mejor elección que ha hecho en su vida. ¡¡- ATENCIÓN "Amor tóxico pero ad...