Escalofríos por mi cuerpo, mi corazón comenzó a latir desenfrenado mientras sentía cómo mis pómulos se teñían de un carmesí cuando mis manos tocaron el suave cuerpo de la persona en la que había caído.
Sin procesar que me encontraba tomando los senos suaves, firmes y lindos de la castaña, mientras mis mejillas se presionaban en la firme, pero suave espalda de la mujer con un agradable aroma a rosas.
Normalmente no era tímida, pero me sentía avergonzada por la provocativa posición en la que nos encontrábamos, ella inclinada por mi repentino choque para no caer al suelo, mientras que parecía que la abrazaba con fuerza tocando más de lo que debería. Lo peor de esta situación era que ni siquiera me había apartado del cuerpo de la chica, pareciendo toda una acosadora en ese momento, más, no se me podría culpar de lo que pasaba por mi mente en ese momento teniendo en cuenta lo hermosa y sensual que era chica de cabellos marrones a la que tomaba fuertemente.
Un fugaz pensamiento llegó a mi mente, de cómo su seductor aroma me había provocado un fuerte deseo por poseerla, besarla, tocarla, sentirla solo para mí, debajo de la ropa, piel contra piel, llenando una habitación de gemidos húmedos y jadeos excitantes. ¿Cómo era posible que yo tuviera esta clase de imaginación por una chica de mi clase?
—Oye, ¿Podrías retirarte de mí y alejar tus manos? —me pidió la castaña de bonito cabello corto, mirándome con expresiones fulminantes de ira por encima de sus hombros.
Repito, nunca he sido tímida, pero en ese momento alejé mis manos suavemente de Mikasa, mientras enderezaba mi cuerpo que se había apoyado en el de ella, probablemente porque no quería dejar de seguir tocando a la más alta.
Jamás había sido torpe, así que aunque me avergonzaba haber tropezado, agradecía haber tenido la dicha de sentir con mis propias manos la suavidad de su cuerpo por encima de las ropas del uniforme.
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Un peso abrupto se apoyó de repente en mi espalda, lo que me desconcertó e incluso estuve a punto de caer, mientras un fuerte pero agradable olor a café se adentraba por mis fosas nasales, y un par de palmas suaves tomaban mi busto sin vergüenza.
Quise molestarme, estaba a punto de lanzar golpes a quien fuera que se atreviera a tocarme de ese modo, pero cuando vislumbré el par de ojos azul oscuro que se encontraban tan sorprendidos como yo, en seguida relajé mi puño que se había apretado para lanzar el primer puñetazo.
No podría golpear a una chica tan hermosa, atractiva y sensual, que poseían una delicada y espesa cortina de pestañas que la hacían ver más adorable de lo que de por sí siempre parecía.
No era la primera vez que veía a esta dulce chica, pero sí era la primera vez que alguien me hacía sentir un revoltijo en el pecho y más abajo cosquillas por la manera en la que había tocado mi cuerpo.
Mi expresión ecuánime permitió que pudiera articular palabras y le exigiera que se alejara de mí, para empezar, en cualquier momento alguien podría vernos en esta situación, así que era mejor alejarse incluso si deseaba que siguiera tocándome.
Cuando Touka se alejó de mí la miré con frialdad cuando mi cuerpo lo único que sentía era los restos cálidos del toque de la chica en mí, y lo único que podía pensar de esta situación era en lo emocionante que sería que el mismo par de manos que me habían apretado tan repentina y deliciosamente siguieran recorriendo cada parche de piel a su disposición, que sus labios me embriagaran y mojaran por completo, que sus ojos se volvieran tan llorosos como los míos por el placer que podríamos sentir si tan solo nos perteneciéramos.
Pero, a pesar de que mi mente explotó con esa clase de imaginación hacia Touka, solo agradecí que me soltara, di una pequeña reverencia, y culminé por alejarme de la más baja que solo me miraba entre queriendo decir algo y entre una actitud de que en cualquier momento podría salir corriendo.
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Touka x Mikasa
FanfictionLos enredos desenfrenados que había entre ambas solo los conocían la noche, las estrellas y sus sábanas en constante movimiento. La atracción era ferte, y no había nada que ambas amaran más que escuchar sus jadeos y gemidos ahogados entre besos húm...