Llegué por fin a la oficina del Profesor Oliver, y como siempre estaba pintando cuerpos desnudos.
Ya que el Profesor viene de Grecia, dice que los antiguos pintores y habitantes de Grecia decían que el verdadero Arte son los cuerpos desnudos, yo también estoy de acuerdo, pero, para mí el verdadero Arte es cuando tú pintas o dibujas algo que para ti tenga sentido. Cuando claramente el Arte no nada mas es dibujo, si no lo qeu tú haces.
-Hola Profesor, Alan me dijo que me buscaba. - dije mientras caminaba y miraba las pinturas de mis compañeros.
-Ah, hola Ashley. - dijo mientras se paraba del banco. - Al parecer estás poniendo más atención a la pintura de Nathalie, nadie le pone atención a sus pinturas, mas que yo.
¿Nathalie? ¿Quién es? Nunca había escuchado su nombre ¿Es nuevo?
-¿Nathalie? Nunca había escuchado su nombre, ¿Es nuevo? - pregunté mientras miraba a mi profesor.
-No el lleva el mismo tiempo que tú, nada mas que es muy callado y siempre se sienta hasta atrás en la esquina que da hacia la ventana. Es bueno pintor, pero, aún no ha querido sacar todo que tiene de potencial igual que tú. - me dijo mientras caminaba hacia su escritorio.
- Pero, como es posible, nunca he visto que alguien se siente en ese lugar.
- Es porque tú nunca pones atención. Pero bueno, no te llamé para eso, si no... Tú mamá me llamó, me dijo que si no obtienes tú certificado te vas a ir a París a ser modelo. - me lo dijo en un tono de ¿Preocupación?
¡Qué! Mi mamá lo llamó, me pudo haberme llamado y no lo hizo
- ¿Modelo? ¿Está loca? ¿Qué piensa que voy a ser modelo nada mas para complacerla? - dije mientras daba vueltas por la oficina.
- Ashley tienes que calmarte, si no quieres ser modelo, entonces haz el esfuerzo para tener el certificado.
- ¡Es lo que hago peor no puedo!. Necesito razonar todo, compermiso. - salí de la oficina, ¿Quién se cree para decidir que quiero hacer?
Narra el narrador.
Por los pasillos del colegio se le podía ver a una castaña caminado rápido sin que se diera cuenta que chocaba con varias personas, nadie se le quería acercar ya que todas la llamaban Rara. Puede ser un apodo común, pero para ellos no sin darse cuenta llegó al final del corredor, donde estaban las escaleras.
Hiba a bajar las escaleras, pero, una voz la detuvo.
- ¡Hey! Cuidado, ¿estás ciega o qué? Si no te hubiera detenido te hubieras caído. - dijo el rubio.
-¿Qué? - preguntó la castaña.
- ¿Qué no te das cuenta? Casi te caes de las escaleras, si no hubiera sido por mí ya estarías ahí tirada desmayada. - le reclamó el chico.
- Lo siento, estaba distraída, creo que estaba sobre pensando de más. - lo último lo susurro nada más para ella, pero el chico lo alcanzó a escuchar.
- Está bien, pero para la próxima no sobre pienses de más. - dijo mientras caminaba hacia las escaleras.
Lo que hizo sorprender a la castaña, porque según ella lo último nada más lo dijo para ella, o será ¿que no?
