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SEIS AÑOS

Yoongi agarró la mano temblorosa de su hermano y la estrechó. Jimin se inclinó un poco sobre él y miró fijamente escaleras abajo, con los ojos muy abiertos y sin parpadear, dejando salir un fuerte suspiro.

Ellos estaban peleando de nuevo, y esta vez parecía la peor pelea de siempre, porque no era en voz alta.

– shh – dijo Yoongi suavemente, pellizcando la rodilla de Jimin. Éste sacudió su cabeza y adelantó su cuerpo, colocando su pie un escalón más arriba para que su estómago descansara contra sus muslos.

– ¿Por qué están gritando? – pregunto Jimin, llevando la manga de su camiseta hasta su nariz y ahogando un sollozo – ¿Qué está pasando?

– Nada – mintió Yoongi.

– Nada – repitió – Está bien.

Yoongi mantuvo a su hermano muy cerca. Ambos se asustaron cuando escucharon un portazo.

– ¡Vas a despertar a los niños! – grito Sunhe.

– ¡No menciones a los niños ahora! – grito de vuelta su padre – Siempre lo haces cuando peleamos.

– ¡Nunca estás en casa!

Jimin arrimó con violencia su cara contra el cuello de Yoongi.

– Haz que se detengan.

Yoongi abrazó fuertemente, sin saber cómo lograr eso. Cerro los ojos y dijo – solo cierra los ojos, como mamá dijo. No más monstruos.

– Los escucho – susurro Jimin, con los ojos todavía abiertos.

– No tengo razones para estar en casa, tú lo sabes – dijo su padre con voz alta y severa – Trabajo largas horas para que no tengas que hacerlo tú.

– ¡Yo crío a nuestros hijos! – Sunhe se rindió – Hago mucho más de lo que crees, Minho, y lo sabrías si siquiera te molestaras en hablarme o preguntarme qué o cómo me siento.

– Lo haré – contesto él, fríamente – si dejas de humillar mi trasero por cada pequeña cosa, Sunhe, por Dios.

– cuándo pasó – El tono de ella había perdido su furia – ¿Cuándo dejaste de estar ahí para mí, para los niños... para nuestra familia? – Minho se mantuvo unos segundos en silencio.

– No lo sé – Sunhe respiro profundamente.

– No esperaba esa respuesta.

Jimin curvó los dedos de sus pies contra el duro escalón y miró, con ojos abiertos de sobremanera, las piernas de su padre que estaban a la vista. Unos zapatos fueron calzados, al igual que una chaqueta fue puesta. Él llevaba una maleta.

– ¿A dónde está yendo papá? – preguntó Jimin. Yoongi miró también. Sabía que su padre les estaba dejando.

– A ningún lado – respondió abrazando a Jimin – Nadie se está marchando.

– ¿Cuándo vas a volver? – cuestionó Sunhe ruidosamente.

Minho colgó su maleta sobre su hombro, sin ver a los niños arriba de las escaleras que le estaban mirando fijamente, uno sollozando y el otro observándole con ojos furiosos, ardientes y los puños cerrados con rabia.

– Esta vez no voy a volver – respondió.

– Podemos...

– Mírame – Una vez más se escuchó un portazo y Jimin se dobló en el regazo de su hermano, con moco y lágrimas corriendo por su cara.

– Se ha ido, se ha ido, se ha ido. – Yoongi acarició la espalda de Jimin, con las manos encogidas.

– Jiminnie – dijo – el no se ha ido.

| Don't tell mom | Yoonmin | [Adaptación] |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora