| Don't tell mom | Yoonmin | [Adaptación] |

III

Ocho años

– Señora Min, por favor tome asiento – indico el Sr. Park, profesor de segundo grado de los hermanos, mientras se sentaba en su escritorio.

Sunhe hizo un ligero gesto de desagrado al ser llamada "Sra. Min"; el divorcio había finalizado meses atrás, pero no dijo nada. Estaba cansada de explicarse ella misma y su situación a extraños.

– Supongo que se estará preguntando por qué le pedí que viniera hoy – dijo el profesor Park, Park Chanyeol.

– Espero que no sea muy malo – respondió Sunhe, estrujando sus manos.

El profesor sonrió y aseguro: – usted tiene dos hijos brillantes y especiales.

Ella suspiró en alivio.

– Gracias, pero no creo que eso sea lo que quiera decirme.

– Jimin y Yoongi están rindiendo, académicamente, muy bien p ara su edad. Es la parte social en la que estoy un tanto preocupado. ¿Ha notado que tienden a ser un poco... Demasiado unidos?

– Si, son muy cercanos; siempre lo han sido – contesto Sunhe – ¿Ese es un problema?

– Creo que es maravilloso que trabajen tan bien juntos y se lleven bien. Pero ellos no están interactuando con los demás, y usted sabe que los niños pueden ser crueles.

– ¿Están molestando a alguno de mis hijos? – pregunto Sunhe – ¿A Jimin?

– No, nada de eso. Son los otros niños los que no entienden la relación especial de los niños.

– ¿Especial? No estoy segura de entender qué quiere decir con eso – Sunhe pensó en todas las veces que atrapo a Jimin y Yoongi sentados en la oscuridad; y en la vez que los vio besándose. Su estómago se revolvió.

– Se toman de la mano, por ejemplo – respondió el señor Park – En si es muy normal, muy lindo, pero los niños del salón...

– Oh – dijo Sunhe, parpadeando – No estaba advertida que estaban llamando la atención.

– Por favor, difícilmente es algo que perturbe la clase. Estoy mas preocupado por los sentimientos y el bienestar de sus hijos. No quiero ser molesto, pero...

– Estoy feliz de que me llamara – interrumpió suspirando, Sunhe – Sin hacer darle muchos detalles, quiero decirle que ha habido algunos problemas en casa.

– ¿Sí? – Sunhe frunció el ceño.

– El divorcio fue difícil para ellos, nunca quise que su comportamiento se pusiera extraño.

– Yo tampoco – El profesor se detuvo, y un silencio incomodo siguió.

– Voy a hablar con ellos – dijo Sunhe, tratando de controlar las sensaciones de su estomago – Tal vez puedan... Expresarse solo en casa.

El señor Park asintió.

– No quiero que sean blancos de nada.

– ¿Qué mas hacen a parte de tomarse de la mano? – pregunto Sunhe.

– Bueno – murmuro en repuesta y bajo la mirada – supongo que más que todo es la forma en la que se miran, como si solo existieran el uno para el otro; que se tomen de la mano es la única cosa física.

Sunhe se sintió aliviada.

– Voy a hablar con ellos – repitió.

– Esta bien. Creo que hemos terminado aquí, a menos que tenga alguna otra pregunta de lo que están haciendo.

No – dijo ella, moviendo su cabeza y levantándose – Le llamare si algo sucede.

Se despidieron y Sunhe se marchó sintiéndose paralizada. No había sido su imaginación, otras personas lo habían notado. No sabia que hacer o qué decirle a sus hijos. Ambos estaban tan encariñados el uno con el otro, y no pensaba que eso era algo malo, lo que tenían era hermoso.