La necesidad de salvar a los que amas

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¡Tu eres el gran buscador!- exclamó Mommo con sorpresa. ¿El gran que?- respondió Pico extrañado. ¡Tu tienes la misión divina de encontrar al elegido!- exclamó emocionado Mommo.
¡¿Que?!- Exclamó sin aliento Pico. Encontrar al elegido, eso simplemente no tiene sentido...-pensó agonizante Pico mientras rascaba su nuca alborotando sus cabellos rojos. Pico, ¡¿Tienes idea del gran trabajo que hay sobre tus hombros?!- exclamó Mommo. No, ¡Y no quiero saberlo!- exclama Pico mientras siente como el peso de sus palabras repercute drásticamente sobre el. No tienes opción- dice directamente Mommo. ¡Claro que la tengo!, ¡Y no te seguiré escuchando más!- exclama Pico mientras toma su bolsa y se prepara para irse inmediatamente del lugar. ¿Siquiera sabes cómo salir de aquí?- pregunta Mommo mientras saca una risita. Pico se detiene por un segundo sabiendo que acaba de quedar como un completo estúpido no solo ante Mommo si no que ante todos los lectores. No te preocupes, hay una roca dorada en aquella mesita, intenta agarrarla y saldrás de aquí- dice Mommo mientras señala una mesita que se encuentra a unos cuantos pasos de el. ¿No intentaras detenerme?- Pregunta Pico sorprendido. Tengo la suficiente experiencia en magia para saber que volverás aquí muy pronto- responde tranquilamente Mommo. ¡Este viejo está loco, nunca debí venir aqui!- piensa Pico de inmediato. Pico se dirige a la mesita pero no sin hechar un último vistazo a aquel anciano decrépito el cuál solo lo hizo perder su tiempo. Pico toma la roca dorada e inmediatamente un enorme hueco se abre y Pico sale disparado hacia el exterior.

Pico se levantó y se sacudió el polvo rápidamente. Pico simplemente se había preparado para irse a casa pero derrepente ve lo peor, ve a un gigante colosal ir de camino hacia el pueblo pero no solo vio a un gigante cualquiera, vio a Ecrutús, ¡¿ECRUTÚS SE DIRIGE A CASA?!- exclama ferozmente Pico mientras sus ojos quedan fijos. Ecrutús era el demonio encargado de gobernar ese reino, a través de los reyes, cada mes hace una visita sin avisar para asegurarse de que todo está en orden, el se dirigía al castillo y eso ya daba indicios de que si Pico no se encontraba ahí algo malo pasaría. Pico estaba atemorizado y aceleró el paso a través del bosque, sin embargo las inclinaciones parecían ser el mayor obstáculo justo ahora, Pico desesperado trata de cruzar rápidamente, sin embargo se tropieza más de una vez.

¡Maldito, maldito, maldito!- piensa Pico maldiciendo a aquel viejo. Todo su odio se fue contra el, sentía tantas ganas de matarlo. Pico corría desesperado hasta que tropieza nuevamente pero está vez cae a unos arbustos espinosos. Pico se vio reducido a pensar: ¡Joder!. El rigoruso arbusto atrapó a Pico y lentamente comenzó a aderirse a cada una de sus extremidades, Pico se arrastraba como un gusano moribundo, pero esto adelantaba el proceso. ¡¿Que carajo son estos arbustos?!- exclamó Pico desesperado.

Pico sabía que no podía desperdiciar ni un solo segundo. Sabía que tenía el tiempo contado hasta que Ecrutús llegará al palacio. Pero lentamente empezó a sentirse entumecido, ese arbusto tenía algún tipo de veneno aparentemente, la vida se siente tan tranquila ahora, una paz inexplicable recorrió a Pico, se sentía tan cómodo, tan seguro, Pico trató de resistir, pero no lo logró y lentamente cayó rendido al sueño.

REY CORINTIO, PALACIO REAL

Golondrina corría desesperada hacia el despacho de su esposo, lo que temían había finalmente llegado, Ecrutús venía y no estaban preparados. ¡CORINTIO!- exclamó Golondrina desesperada. Corintio se sobresalto al ver la paranoia de su esposa, de inmediato supo que era algo importante. ¡¿Que ocurre, querida?!- exclamó Corintio preocupado. ¡Ecrutús viene, Ecrutús viene!- respondió Golondrina con las únicas palabras que pudo sacar su boca. Corintio sintió como su corazón se detenía por un segundo, quedó tan asustado, sabía que debían actuar lo más pronto posible o si no esa cosa se los comería vivos y actuaría como si no hubiera pasado absolutamente nada.

¿Y pico?- preguntó Corintio exaltado. ¡No lo sé!, Pero si no ha vuelto seguramente está en un aprieto, ¡Ese chamaco!- exclama con preocupación la Reina Golondrina. ¡Pues tendremos que prepararnos sin el, ya iremos a buscarlo cuando podamos!- responde Corintio tratando de mantenerse firme ante la situación. Pero Pico, ¿Que será de nuestro hijo solo allá afuera?- pregunta con preocupación la reina mientras perdía la compostura. ¡Discúlpame querida pero ahora no hay tiempo!, Confío en el, el ya es mayor y sabrá cuidarse solo- responde Corintio con firmeza. ¡No podemos hacer eso!, ¡No sabemos si le pasó algo malo!- exclama ferozmente la reina mientras perdía el control de la situación.

Pico Y La Legendaria Búsqueda Del Elegido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora