Capitulo veintiséis.
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Sentía mi cuerpo frío, como si no fuera capaz de retener el calor, pero eso me recordaba que estaba viva. Fueron los gritos de Shinichiro los que me hicieron volver a la realidad.
¡_____! ¿Qué diablos estás haciendo aquí? - Shinichiro cubrió mi cuerpo con una manta y me tomó en sus brazos, sacándome del balcón del departamento - ¿Qué planeabas allí? No me sentía capaz de responder, solo me sentía como una espectadora de todo. Shinichiro me miró con preocupación y me suplicó - Cariño, sé que es difícil, pero por favor... no hagas ninguna locura. Aún me tienes a mí. Por favor, detente... - Tomó mi brazo y comenzó a limpiar las heridas secas por la exposición al frío. Sus lágrimas caían sobre mi muñeca, dándome una sensación de vida y haciendo que reaccionara intentando secar sus lágrimas con mis manos. Pero era inútil, él solo sollozaba, al igual que yo.
Por favor, deja de llorar... - supliqué con un hilo de voz, dándome cuenta de que mi acción lo había destrozado nuevamente. Me aferré a él, sintiendo su calor, y ambos volvimos a llorar desconsoladamente mientras nos aferrábamos el uno al otro en busca de un refugio para nuestros corazones vacíos. A pesar de tenernos el uno al otro, sentía un vacío constante en mi interior. Podría jurar que él también lo sentía, pero no se rendía, solo se mantenía fuerte para mí.
Debo llevarte a urgencias, sé que no te gusta ir allí, pero el médico lo indicó si intentas hacerlo de nuevo - Un escalofrío recorrió mi espalda, pero asentí. - Está bien, espera un momento, te traeré el abrigo - Miré mis manos, sin entender completamente lo que estaba sucediendo. Solo sabía que había vuelto a intentarlo. Shinichiro me ayudó a ponerme el abrigo y unos zapatos, y luego me llevó al hospital. Durante el trayecto, cerré los ojos y dejé que las luces pasaran por la ventana del auto, iluminando mis pupilas. Me recordó las veces en que Mikey solía cantar su canción favorita mientras me dejaba llevar por su voz. Sentía que estaba viva al recordar su voz. Quería sentir esa sensación para siempre... pero fue inútil. De repente, las luces dejaron de alcanzarme, comprendiendo que no podía seguir viviendo en el pasado en el presente. - ____ ¿Estás lista? - Suspiré y abrí mis ojos, aún fríos por las lágrimas derramadas al recordarlo. Miré a Shinichiro y asentí, luego salí del auto. No tardó en acercarse y tomarme del brazo suavemente para empezar a caminar hacia el hospital. Una vez dentro, los funcionarios sabían qué hacer, mientras Shinichiro se movía de un lado a otro. Yo esperaba sentada frente a la puerta de la consulta del psiquiatra, deseando que todo esto fuera lo más rápido posible. - Cariño, te traje algo para beber - Shinichiro me entregó una botella de agua. La abrí y bebí sin control, dejando que las gotas cayeran por mi cuello. - Cariño, tranquila - me dijo Shinichiro, tomando la botella y deteniendo mi sed.
____ ______ - llamó el hombre de bata blanca. Lo miré intentando analizar lo que vendría a continuación. Nos ayudó a entrar en su consulta y me senté, Shinichiro a mi lado. - Bueno, ¿qué los trae por aquí? Encogí los hombros mientras Shinichiro tomaba la iniciativa y explicaba cómo mi salud se había deteriorado desde la pérdida de Mikey. El doctor parecía molesto, solo miraba su pantalla de computadora mientras escribía. - ____ ¿Con qué intención hiciste esto? - Su voz sonaba como si estuviera a punto de reprenderme.
Quería morir - solté en un hilo de voz. El doctor suspiró. - Sabes que eso no te va a matar, ¿verdad? - Lo miré sorprendida. Entendía que trabajaba de noche, pero eso no le daba derecho a ser grosero conmigo. Miré a Shinichiro y él simplemente tomó mi mano y la acarició para tranquilizarme. - Muy bien, te dejaré estos medicamentos y agendé una cita de seguimiento. - Extendió una hoja con los nombres de los medicamentos. - ¿Tienen alguna otra pregunta? Shinichiro tomó la hoja y esperó a que me pusiera de pie.
Vamos a casa, ____ - Me puse de pie y salí de la consulta junto a él, dirigiéndonos al estacionamiento. - Maldito doctor, me dan ganas de darle un puñetazo y romperle la nariz a ese hijo de puta - Shinichiro abrió la puerta del auto para que yo entrara. - Iré a buscar los medicamentos, espérame aquí - Besó mi frente y cerró la puerta para dirigirse a la farmacia. Por mi parte, decidí encender la radio. Automáticamente comenzó a sonar una canción que apretó mi corazón, la canción favorita de Mikey. Sentí el impulso de cantarla a todo pulmón, como si Mikey estuviera a mi lado, como si esa canción pudiera traerlo de vuelta. Pero fue en vano. El último acorde sonó y mi corazón fue nuevamente aplastado. Apagué la radio y me recosté en el asiento, tarareando la canción, en un intento inútil de sentir a Mikey de nuevo. Shinichiro regresó y decidió encender el auto para partir hacia casa. Por mi parte, cerré los ojos, esperando que todo terminara, aunque fuera por un momento.
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Hola... espero que no me odien por el rumbo que está tomando la historia:c soy la peor, lose:C espero que no me odien por el rumbo que llegue a tomar esta historia... y perdón por si sigues las otras historias...no he actualizado por muchísimas razones... una disculpa gigantesca:C