no tocar

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Narra Zoro
Ya han pasado tres semanas desde que ingresé a este colegio y de que conocí a Luffy. Es Lunes y estoy sentado al lado de él, como siempre, mientras observo su bella cara somnolienta. supongo que, otra vez, no ha dormido bien.
Llegó un momento en el que los dos dejamos lo nuestro y pusimos atención a la profesora, estaba presentando a un chico: Aramaki, se le notaba serio, luego de hacer una pequeña reverencia, fue a sentarse.

– oe, Luffy – le susurré.
– dime – me miró para luego sonreírme.
– ¿qué piensas de ese tipo nuevo? –
– no lo sé, parece enojado o algo, me recuerda a tí, ni-shishishi – soltó una pequeña risita por lo bajo.
– se ve sospechoso, algo no me cuadra– le eché un pequeño vistazo a Akamari para luego volver mi vista a Luffy.
– no lo sé, da igual – se encogió de hombros y me dedicó una pequeña sonrisa, aproveché para cambiar el tema.
– y dime... ¿dormiste anoche? – arqueé mis cejas.
– un poco –
– Lu, sabes que un poco no está bien – acaricié su mejilla mientras lo veía a los ojos de manera dulce.
– si, lo sé... – me miró y luego escuchamos el timbre para el descanso.

El se levantó, me avisó que iria al baño y luego salió del salón, justo después ví al tipo salir detrás suyo, definitivamente me iría al baño.  Cuando estuve cerca de este pude escuchar un tipo de grito ahogado de dolor, entré casi volando y quedé casi helado.
Akamari estaba aprisionando a Luffy contra una pared, con una mano apretaba fuertemente su cuello y con la otra recorría el cuerpo ajeno.
en cuanto pude reaccionar me dirigí a ellos y empujé al tipo, haciendolo caer para luego atrapar a Luffy en un fuerte abrazo.

– ¿quién carajo eres y qué estabas haciendo con Luffy? – interrogué bastante molesto.
– soy Ryokugyo, me estaba divirtiendo junto con tu amiguito – respondió mientras se levantaba del suelo.
– ¿no te llamabas Akamari? –
– sí, pero mucha gente me conoce como Ryokugyo: enemigos, mafia, esas cosas –

... ¿mafia? ...
mis ojos se abrieron de par a par, Luffy estaba bajo los ojos de un mafioso, mi pequeño Luffy.
Tengo que protegerlo.

– ya veo... nos vemos, Ryokugyo – alcé a Luffy y me lo llevé conmigo a algún otro Lugar.

Lo llevé a la enfermeria por si le hizo algo, por suerte solo le quedó algo marcado el cuello, podria haber sido peor.
Cuando nos vimos de nuevo acaricié su mejilla y le sonreí un poco.

– ten cuidado, por favor – le hablé con un tono suave.
– lo mismo digo – me dedicó una dulce sonrisa.

Esa tarde lo acompañé hasta su casa y pasé el la noche con él.

ay, ay, ¿y si armo lío?
pa loco, me cuesta un huevo y medio agarrar wattpad y ponerme a escribir JAJSJA.

fotaca

fotaca

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