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7 de marzo, 1996

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7 de marzo, 1996.

Mañana era el primer día de escuela de Aimar, en el turno noche, cómo "repitente". Mentía si decía que no estaba emocionado.

—Pablo, este año quiero te pongas las pilas. No podes repetir de nuevo hijo, vos sabes que yo no te prohíbo nada, el drama es tu papá.— Le decía su madre a Pablo. Él le restaba importancia, ya sabía, su vieja le había repetido ese discurso mil veces.

—Si má. Este año me pongo a full con las materias y eso.—

Aunque sinceramente a Pablo le importaba una sola cosa:

El fútbol.

Aunque igual, no quería repetir de nuevo así que prometió que iba a estudiar.

Seguramente en febrero este rindiendo 8 materias.

—Pablo. Te estoy hablando en serio. No me digas sí cómo los locos.—

—No te estoy diciendo sí cómo los locos.— Su madre suspiró y lo dejó sólo en su habitación. Al fin un poco de paz.

Agarró su walkman de color azul y un cassette. Se puso los auriculares mientras miraba al techo recostado en su cama.

Lionel Scaloni estaba sentado en el patio de su casa, fumándose un pucho en una tarde fresca de verano, donde las estrellas se hacían ver

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Lionel Scaloni estaba sentado en el patio de su casa, fumándose un pucho en una tarde fresca de verano, donde las estrellas se hacían ver.

Mañana también era el primer día de él, después de haber repetido tercer año una vez y después de dejar el estudio, mañana iba a volver a intentar. No iba a hacer el secundario de nuevo, se las arreglo para hacer desde tercer año en adelante.

No estaba emocionado, quería poder empezar la facultad. Para juntar plata trabajaba en un kiosko a la mañana y a la tarde, aunque a veces no le daban los horarios y las ojeras se lo hacían notar.

Vivía con su papá que no estaba casi nunca, siempre estaba viajando por "trabajo". Y su mamá había fallecido hace unos años.

𝒪𝒿ℴ𝓈 ℳ𝒾ℯ𝓁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora