20 de marzo, 1996.— Pórtate bien Pablo, no vayas a hacer cagadas. —
— Si má, ya sé. —
Hoy Walter Samuel, vecino y amigo de la infancia del payasito, festejaba su cumpleaños que en realidad era el 23 de marzo, pero metió la excusa de que quería pasarlo con su familia y bla, bla, bla.
Samuel cumplía 18 años, feliz legalidad.
El cordobés salió de su casa en plena noche de verano a eso de las 22:00 PM. La casa del labordense estaba a dos cuadras aproximadamente. La brisa veraniega jugaba con los rulos de Pablo, su pelo todavía estaba húmedo después de que tomara una ducha y se lo dejara secar naturalmente.
Podía escuchar perfectamente el bullicio proveniente de la casa del de ojos claros.
Llegó y toco la puerta.
No le abrió nadie, miró al suelo.
Volvió a tocar.
— Uh, pero la re putisima madre, dale loco. — La puerta se abrió, levantó la mirada y se llevó una no tan agradable sorpresa.
Paso un silencio.
Pasaron dos silencios.
— No sabía que te habían invitado a vos. — Le dijo un Lionel con unas cuantas copas arriba, apoyado en el marco de la puerta.
Aunque fueran juntos al colegio y se sentarán juntos, su relación era complicada todavía. No se llevaban bien, no se llevaban mal.
Pablo debe admitir, que, Lionel estaba bien arreglado y perfumado.
— Eh.. Si bueno dale, déjame pasar que hace cinco minutos que estoy acá afuera. —
— Que impaciente que sos pendejo, mínimo salúdame. — El menor hizo oídos sordos a las palabras del contrario.
— ¿Me vas a dejar pasar o no? — Otra vez, el mismo silencio incomodo.
El pujantese notó lo rara que se estaba volviendo esta situación, sintió como el alcohol se le fue del cuerpo en un instante. Se hizo a un lado y dejó que Aimar pasara adentro, sin decir más nada.
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𝒪𝒿ℴ𝓈 ℳ𝒾ℯ𝓁
Teen FictionEn donde Pablo Aimar un chico de 16 años que acaba de repetir tercer año de secundaria, se cambia al turno nocturno con nuevas espectativas. Ahí conoce a Lionel Scaloni de 20 años de edad, repitente que tendría que estar en la facultad. Inicio: 02/0...