Nueva York, Estados Unidos
—Aquí está su paga. ¿Cuando estarían listas las fotos?
—Las fotos estarían listas mañana por la tarde, a las 16:00 aproximadamente.
—Perfecto, muchas gracias por todo. Buenas noches.
—Gracias, igualmente—Le respondo a la señorita recién casada con una sonrisa mientras saco el celular para llamar a mi hermano, mi salvador.
—Lu, ¿que pasó? ¿Sabés que son las 04:37 de la mañana?
—Sí, ya sé que hora es. Necesito que me vengas a buscar—Escucho un bufido del otro lado del teléfono seguido de el sonido de sus huesos crujar.
—¿Donde estás?—Le doy la dirección mientras muevo una piedra del piso con mi pie—¡Luisana, eso queda el la loma del orto! ¿A donde te metiste?
—Y bueno, el trabajo es trabajo, el café no es gratis. ¿Podés apurarte? Hace frío y es muy peligroso.
—Ya salgo, guardá el celular y quédate en una zona iluminada.
Mi hermano, Leo, y yo nos mudamos a Estados Unidos hace cuatro años tras varios problemas en Argentina, mi país natal. Vinimos a Nueva York con la esperanza de progresar, en lo que nos está yendo bien, pero, desde que Norman Osborn asumió como presidente el país estuvo bajo represión, causando muchas protestas, violencia e inseguridad.
Tras unos minutos, un bocinazo me saca de mis pensamientos, haciéndome pegar un pequeño salto del susto.
—¡Subite, sucia!—Me dice mi hermano desde su auto, con su voz ronca de recién despierto—No sé porqué aceptas trabajar hasta tarde.
—Prefiero trabajar hasta tarde porque yo lo decido y no porque un tirano fascista me lo exige para después darme una miseria como salario—le respondo una vez dentro del auto.
—¿Por qué siento que te estás refiriendo a en lo que trabajo yo?
—Quizás porque si lo estoy haciendo—El castaño suelta una risa corta y sarcastica para después quedarse completamente serio.—Te recomiendo que vayas por la paralela de esta calle, es menos peligrosa.
—Yo siempre agarro por acá y nunca pasa nada, además, me queda más rápido llegar a tu departamento.
—Esta bien, hacé lo que quieras...
Pongo la radio con un volumen bajo para distraerme y no dejar que el sueño me gane. Al cabo de unos minutos de charlas completamente estúpidas con mi hermano, llegamos a mi departamento. Nunca me meto en problemas, pero siempre agradezco de verlo intacto, tal y como lo dejé.
—Gracias, Leo.
—¿Que "gracias" ni "gracias"? No me levanto a la madrugada para llevarte por toda la ciudad gratis, me tenés que pagar.—Suelto un bufido y le doy un billete de un dólar.
—Buenas noches, avísame cuando llegues.
—Andate a cagar un rato ¿querés? Buenas noches.
Cuando entro dejo mi mochila en el sillón, las llaves en la mesita y me saco las botas negras. Cuando voy al baño a lavarme las manos me doy cuenta de que se me está acabando el jabón.
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ᑭᑌᑎK TᗩᑕTIᑕՏ•ᕼOᗷIᗴ ᗷᖇOᗯᑎ
Fanfiction'𝑖𝑓 𝑦𝑜𝑢 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑠ℎ𝑢𝑡 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑚𝑜𝑢𝑡ℎ, 𝑖'𝑚𝑎 𝑠ℎ𝑢𝑡 𝑖𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑦𝑜𝑢'