El señor dios está en mis manos, el mundo es mío

Capítulo 44| Zhuang Li: Sra. Qiao, ¿cree que yo cavé este profundo hoyo?

　　Qiao Yanan gritó frenéticamente en su mente: "Sistema, sistema, ¿dónde estás? ¡Sal! Sistema ..."

　　Sostuvo el podio con ambas manos para evitar que sus piernas temblorosas no pudieran soportar el peso de todo su cuerpo y cayera de rodillas.

　　248 ya no está, y lo que debe enfrentar ahora ya no son las docenas de empleados del departamento de I+D de Grupo Haiming, sino a todos los profesionales en el campo de las tecnologías de la comunicación. Estaban sentados en el salón brillantemente iluminado y la miraban con admiración. Entre ellos se encuentran los directores ejecutivos de las principales empresas, científicos de los principales institutos de investigación e incluso altos funcionarios gubernamentales.

　　Si fuera descubierta frente a estas personas, Qiao Yanan ya no podría establecerse jamás en el campo de la comunicación. Ella se arruinará y no tendrá nada. El salario anual de 60 millones, los dividendos en acciones de cientos de millones, autos y mansiones de lujo, su futuro brillante, la prosperidad y la riqueza se reducirán a nada.

　　Por supuesto, se sintió muy feliz cuando tramaba planes contra Zhuang Li, pero cuando ella misma enfrentó una situación así, comprendió lo angustiante que era.

En pánico, se sostuvo la frente, dejó que su cuerpo se volviera laxo y se veía extremadamente débil.

　　El anfitrión se apresuró a ayudar: "Dra. Qiao, ¿qué le pasa? ¿Se siente mal?".

　　"Lo siento, algo me pasó antes y mi cuerpo todavía se está recuperando. No desayuné por la mañana para llegar a tiempo, así que no pude aguantar", se inclinó temblando, su tono parecía lleno de culpa: "Lo siento mucho, estoy siendo desconsiderada ..."

　　Una enfermedad falsa es un truco que siempre funciona bien con las mujeres guapas. Además, su tez era realmente fea, el sudor frío brotaba en grandes gotas por su frente, lo que fue claramente capturado por la cámara. Nadie dudaba de sus excusas puesto que su adicción a las drogas no era un secreto en la industria.

　　Para un genio científico, siempre que tenga suficiente cerebro, un pequeño defecto en la personalidad o en los hábitos de vida no es un gran problema en absoluto.

　　Aquellos que querían hacer preguntas bajaron las manos uno tras otro y gritaron pensativamente: "Doctora Qiao, debería regresar y descansar primero. Hablemos de nuevo cuando tengamos la oportunidad".

　　Tusi, que estaba sentado en la mesa principal con funcionarios del gobierno, también se puso de pie y caminó rápidamente hacia el escenario, como si quisiera ayudar él mismo a Qiao Yanan.

　　En este momento, una voz calmada se extendió por el micrófono: "Sra. Qiao, es posible que pueda encontrar a alguien para elaborar su discurso y los resultados de su investigación científica pueden ser robados de alguien más, pero cuando se trata de comunicación técnica, nadie puede encargarse por usted. Así que, ¿Estás tratando de repetir de nuevo tu truco al fingir estar enferma para evitar la crisis?"

　　Todos siguieron la línea de voz y vieron a Xuan Ming sosteniendo un micrófono para de Zhuang Li, mientras este tenía apoyada la barbilla en una mano y daba toquecitos en la mesa con la otra. Había una sonrisa ligera en la esquina de su boca, pero estaba llena de desprecio y burla.

　　Qiao Yanan quería seguir caminando detrás del escenario, pero Tusi la sujetó del brazo y la inmovilizó en su lugar, ella frunció el ceño profundamente como si estuviera ofendida.

　　Zhuang Li continuó: "Sra. Qiao, dije que no entiende las tecnologías de la comunicación. No importa cuántas personas cuestionen esta afirmación, nunca me retractaré. Si todavía le queda un poco de valor, si quiere probarse a sí misma y mostrar que tiene una voluntad absoluta, entonces responda al menos una pregunta. Si puede responder esta pregunta, yo, Zhuang Li, desapareceré de sus ojos para siempre a partir de ahora. ¿Qué le parece, se atreve?