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Click.
Por el sonido abrí los ojos hasta enfocar la silueta de Dennis frente a mi, agachado a un lado de la cama con la cámara en mano apuntando hacia mi.
– ¡Dios, Dennis! No, por favor – levante una mano para tapar mi rostro con una sonrisa.
– Pero sales hermosa.
Baje el brazo para verlo sentarse a un lado mío en la desordenada cama.
– Nadie acabado de despertar sale bien.
– Nadie excepto tú.
Una sonrisa se asomó por mis labios involuntariamente.
– Bórrala – tome la sabana y me tape la cabeza.
– No, esa irá a mi colección – dijo Dennis con determinación.
Rápidamente me quite la sábana de la cara para mirarlo confusa.
– ¿Qué colección? – pregunte.
– Una que tengo – contestó despreocupadamente jugando con la cámara en sus manos.
– No me digas que... – me miró inocente dándome una sonrisa cerrada – ¡Tienes una colección de mi!
– Puede ser.
Lo mire con sorpresa. De todas las cosas que podría haber pensado, esta sería la más común, considerando que de eso trabaja.
– Déjame verlas – pedí.
– Eso no pasará – negó divertido. Una sonrisa abierta apareció en sus labios, sus ojos se desviaron a mi rostro con adoración.
– Estoy en ellas, tengo derecho.
– Se llama "Colección privada" por algo – lo enfatizó.
– No es "privada" si soy la protagonista – respondí sentándome en cuclillas en el colchón.
– Aún sigue siendo privada, hasta de ti – le dio un ligero toque a mi nariz haciendo que la arrugara.
Dennis se levantó y caminó fuera de la habitación, dejando la cámara frente a mi. Mire la cámara, como si se estuviera burlando de mi. ¿Cuántos secretos escondes, pequeño aparato?
La curiosidad me quema, siento cosquilleos en las manos por querer tomarla y revelar lo que esconde. Cuando estoy decidida a averiguar Dennis entra a la habitación con una tasa en ambas manos.
Creo que fue una señal divina de no meterme en cosas que en este caso si me involucran.
Me pasa una, sin antes dejar un casto beso en mi frente. Acuno la tasa con ambas manos dejando que él caliente del café las arrope. Suspire para mirar a Dennis que ya me miraba.
– Sabes – empecé –, tirarle fotos a alguien sin que lo sepa es violación a la privacidad. Está penalizado, y puedes ir a la cárcel – despacio acerque la tasa a mis labios para darle un sorbo al café.
