El perdedor

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Max nunca había sido bueno identificado sus emociones, en especial no sabia tratar con emociones como la tristeza manejando esta como si fuera enojo, al estar triste se sentía atacado, algo estaba mal así que lo dominaba de la única forma que lo hacía sentir seguro que era recuperar el control, endureciéndose, haciéndose grande por medio de hablar a gritos y mostrar agresividad.

¿Por que estaba yendo hacia el garaje de Ferrari en este momento? No sabía, no había nada que reprochar o por lo que gritar pero necesitaba ver a alguno de los dos, Sergio o Charles, necesitaba, solo necesitaba sacar esa presión en su pecho que le hacía difícil respirar. No le importaba si había cámaras que grabaran el exabrupto.

Afortunadamente para el y su equipo de relaciones publicas eso no paso, porque una de las personas que buscaba apareció a su vista.

Le era fácil reconocer esos cabellos negros rizados donde fuera, se había vuelto a dejar el pelo largo, que se amoldaba debajo de esa gorra que esta vez era de color rojo, cosa que le revolvió el estomago, eso no estaba bien, ese no era su color, no era su equipo, no pertenecía ahí. Sabia que si se la quitaba esas hebras de pelo estarían revueltas, en el pasado le gustaba pasar sus dedos entre estas, para desenredarlas, mientras pasaban tiempo a solas en sus habitaciones de hotel, después de cada carrera, cuando necesitaba estar sin adrenalina en su cuerpo, solo quieto, en silencio y con tranquilidad. Sergio siempre fue ese ancla a la que pudo aferrarse cuando todo fue demasiado, hasta que no.

-Sergio. 

Su voz salió como un gruñido, dejando notar su mal humor. El cuerpo mas pequeño se tenso durante unos breves segundos, tomando su tiempo para voltear, como si estuviera peleando internamente sobre si huir o encararlo. Checo nunca fue un cobarde, así que giro, dejando ver su rostro, un poco mas de arrugas de las que recordaba, pero por lo demás seguía igual, esos ojos cafés que tanto amaba, que lo llenaban de calidez, las pecas que espolvoreaba con besos en esas noches pasadas que recordó durante años en sus noches mas solitarias.

Sin embargo el frio que nunca creyó posible en esos ojos avellana lo detuvieron con fuerza, Sergio nunca lo miro con odio, si enojo cuando tomaba sus decisiones discutibles como compañeros, incluso cuando salió de Red Bull, sabia que había rabia y traición en los orbes cafés pero ese odio era nuevo. 

-¿Que quieres Verstappen? Te equivocaste de garaje. 

Le informo el mexicano, tratando de guardar la compostura. El enojo/tristeza en las venas de Max fue reemplazado por unos segundos con miedo, que rápidamente le sirvió para encender mas su furia.

-No me equivoque, estoy frente a la persona adecuada.-Termino de cerrar la distancia con pasos firmes y amenazantes, no pensando cuando sujeto el antebrazo de su ex compañero con fuerza.-¿Que estabas pensando? Debe ser una jodida broma, y si es una forma de jugar con mi cabeza, es malditamente retorcido que lo hagas años después. 

Siseo entre dientes, usando su ventaja en altura como amenaza inflándose lo mas que pudo, sus acciones tuvieron el efecto contrario, Sergio quito su agarre con un manotazo, completamente ofendido.

¿Quién diablos se creía ese sujeto? Charles se había equivocado, no todos tenían bondad en ellos, existía gente tan descarada que después de todas las idioteces que hacían se sentían con el derecho de reclamar las cosas como si fueran las victimas. Aun así, Sergio siempre fue quien tuvo mejor inteligencia emocional, sabia que no podían armar una escena ahí, y sus movimientos bruscos ya habían llamado la atención de unos cuantos mecánicos, por mas que quería agarrar a golpes ahí mismo al holandés se controlo. 

Jalo con el al rubio hacia adentro, a una especie de cuarto de refacciones, una vez ahí libero esa parte sensata de el, tomando al rubio por su sudadera, acercándolo con furia. 

It Can't Always Be The Same.-CheclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora