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Cat POV

Al salir del hospital sentí una opresión singular en el pecho, un miedo confuso llenarme, algo que me insistía en que debía quedarme, que no debía retirarme, sin embargo ignore aquellas sensaciones, sacudí mi cuerpo y me dirigí a la comisaría.

Una vez que crucé aquellas puertas, las miradas de varios oficiales se posaron sobre mí, sonreí con cierta singularidad y me dirigí directamente a la oficina central

- Quiero ver a Zor-el- el jefe de la CIA es quien se encuentra en ese momento ahí. Inoportuno.

- Grant... que sorpresa - Bufa con fastidio

- Lo mismo digo- ruedo los ojos- pero como sea... Sabes lo que quiero, no me hagas perder el tiempo-

- Mejor dime Cómo sigue tu agente... ¿Respira?- sonríe lentamente

- Para tu desgracia, sí, Kara respira- respondo con una sonrisa forzada - ¿acaso tu querida agente Ardeen no te lo ha informado?-

- Imra tiene cosas más importantes que estar atenta a la vida de tu personal -

- No creo que ella opine lo mismo- lo miro con una sonrisa burlona- Ya que no fue nada común el pequeño escándalo que le montó a Luthor en el hospital-

-¿Cómo?- su estúpida sonrisa desaparece - ¿De qué habla?-

- Que se lo cuente el agente Roggers o el agente Queen, yo, no tengo tiempo para perder-

- Bien, entonces le recomiendo regresar por dónde vino señorita Grant, los Zor-el tienen prohibidas las visitas-

- No soy familiar, ni cualquier persona natural, soy una agente del FBI -

- El FBI está fuera del caso, Grant, así que tienes el mismo derecho e importancia que el resto- aprieto la mandíbula - no te permitiré ver a los Zor-el -

- Es un asunto de vida o muerte- intento mantener la calma

- Repito, el FBI está fuera, no verás a Zor-el -

- Vete al demonio- doy la vuelta, me dirijo a la puerta y salgo de ahí dejando al imbécil ese con una sonrisa de satisfacción plasmada en sus labios... No le duraría mucho. Me encargaría de eso.

Una hora y media, treinta llamadas a mis superiores y a la presidenta, veinte llamadas desviadas de Alex y Eliza y mil insultos después, logré por fin el acceso a los Zor-el y con ello el malhumor del idiota que me había negado la entrada al caso.

...

Dos oficiales fueron los encargados de llevarme hasta aquel sitio de la comisaría, cinco celdas oscuras, apartadas y muy malolientes era lo que había ahí, cuatro de ellas estaban ocupadas. En una reposaba un joven con contusión facial, se veía adolorido y pensativo, en la segunda estaba una copia del joven, este se notaba disgustado, triste y algo traumado, en la tercera celda había una mujer llorando, se tomaba su dolor y susurraba una y otra vez la palabra perdón... Y por último estaba un hombre, su ropa se encontraba desarreglada, su cabello despeinado, su cara inspiraba dolor y culpa, su aura era... Triste.

- ¡Tienen visitas!- el oficial golpea las rejas y los cuatro personajes levantan sus rostros de inmediato

- ¿Quien eres? -

- ¿Qué quieres?-

- Ya dije que no hablaré hasta no saber de ella-

-¡Lara! ¡¿Cómo está mi niña?!-

-¡Cállense! ¡Cállense!- el oficial vuelve a golpear las rejas

- Retirense- miro a ambos oficiales - Ahora- ellos fruncen el ceño- ¿O desean problemas con el FBI?- sus rostros cambian de inmediato - largo-

Mi objetivo (Súpercorp)(AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora