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Esta historia no tiene un final feliz.
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Craig giró la perilla de la puerta principal con cuidado, empujándola suavemente. A medida que atravesaba el umbral, una sensación de opresión se apoderaba de él. La habitación estaba sumida en una oscuridad inusual, como si la propia sombra se hubiera adueñado de cada rincón. La tenue luz que se filtraba a través de las rendijas de las cortinas apenas iluminaba el espacio, creando sombras alargadas y misteriosas. Dirigio la mano hasta el interruptor pero por más veces que lo accionara, el foco parecia haberse fundido.
Cuando el viento soplo con la bestialidad de un huracan, entonces un detalle impactante llamo su atencion, la ventana, cuyas cortinas revoloteaban frenéticamente al compás del viento furioso. La lluvia azotaba implacablemente el cristal, creando un ritmo acompasado y sombrío. El agua se filtraba sin piedad por la abertura abierta, empapando la cama y sumando un elemento más de caos a la escena.
Craig se apresuro a correr hasta la ventana abierta, se apresuró a cerrarla, luchando contra la furia de los elementos que parecían resistirse a ser contenidos. Una vez logró bloquear el acceso al viento y la lluvia, sintió un momento de alivio, como si hubiera conseguido establecer una pequeña barrera de protección contra el mundo exterior. El joven solto un suspiro y se quito la mochila de la espalda para dejarla encima de la cama.
Luego se acercó a su mesilla de noche, en donde encendio su lampara. Pero mientras conectaba el aparato, el chirriante sonido de la puerta cerrándose atrajo su atención. Su cuerpo se paralizó y su pulso se desaceleró cuando notó una figura oscura frente a la puerta cerrada de su habitación, inmóvil y envuelta en la oscuridad del entorno. El miedo se apoderó de él mientras intentaba comprender cómo ese desconocido había entrado en su hogar y cuáles eran sus intenciones.
Cada segundo que pasaba, su corazón latía con mayor intensidad, mezclando la adrenalina y el miedo en una amalgama de emociones. La escasa luz ambiental dejaba entrever los ojos brillantes y azules del intruso, un destello que añadía un toque de enigma a la situación.
Craig, decidido a desentrañar el misterio, rompió el silencio con una voz temblorosa.
—¿Quien es?—
La figura oscura finalmente se movió, a lo que Craig retrocedio un paso, por pura cautela. La figura se acerco lo suficiente y y levantando su mirada del suelo, en aquel mismo momento, un rayo iluminó la habitación con un resplandor que dejo ver una cabellera rubia opaca y ojos azules cual cielo despejado.
—Casi me haces cagarme del susto.— Las arrugas en su frente se suavizaron y un suspiro de alivio escapó de sus labios mientras su cuerpo se relajaba y la tensión en su mente desaparecía. —Tweek no hagas eso.—
Craig no pudo evitar notar las ojeras marcadas debajo de los ojos de Tweek, parecía tan cansado y enfermo. Se frotó el rostro con las manos mientras caminaba hacia su pareja, sintiendo un gran alivio al saber que no estaba solo en su habitación con un extraño. A medida que se acercaba, su preocupación creció.
—¿Qué haces aquí?— pregunto.
Mientras se quitaba la chaqueta, Craig la extendió y la colocó con delicadeza sobre los hombros de Tweek, buscando brindarle algo de calidez y protección. La apariencia enfermiza de su novio le preocupaba y quería asegurarse de que estuviera bien. Era evidente que la lluvia y el clima frío habían afectado a Tweek de alguna manera.
Craig acarició suavemente la melena rubia de Tweek, notando que estaba mojada y desordenada por la lluvia. Era una de las pocas veces en las que había visto a Tweek en un estado tan deprorable o al menos, más que lo normal. Sin embargo, cuando Tweek levantó la mirada hacia él, Craig notó que sus ojos celestes mostraban una mezcla de tristeza y enojo, lo que lo desconcertó y preocupó aún más.
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Creek | One-shot #2
FanficEl amor obsesivo lleva a decisiones trágicas. #Tweek-Yandere.