Mis relaciones han sido súper nefastas, algo rústicas, diversas pero aseguro que el menú de hombres está variadito. Rico en aventura, desastre sentimental, indirectas por Instagram, cuánta pasta cuánto huevón indeseable que me he arrepentido de conocer pero no del tipo de arrepentimiento de que los odio o que me quite el sueño simplemente es como una patada en los ovarios donde sí me ponen a elegir si quiero volver a enlazarme con ellos lo descartaría sin pensarlo, pongo primera y arranco.Como dice Taylor Swift mi corazón ha estado solo y el de él ha estado triste.
Pensé que nunca iba a escribir sobre esto, cuando las personas más cercanas me preguntaban si algún día escribiría sobre él me negaba, me decía a mí misma que no era tan importante o que simplemente no lo quería involucrar ni mezclar con los otros huevones porque en las hojas de mi vida siento que merece un mejor desenlace pero me veo en la necesidad emocional de escribir y soltarlo, además porque al pasar de los años me releo y pienso pero que mierda escribí en el dos mil dieciocho y me da ganas de re editar todo, o eliminar escritos. Odio ser bipolar, odio que me guste como suena ahora y luego me parezca una real mierda. Cuando digo que soy bipolar me acuerdo de él recuerdo que me decía, "tu no eres bipolar, tú eres mongola" pues creo que ya no soy su mongola favorita.
Todo empezó con un juego luego de jugar pensé que solo sería el querer de una noche, algo como un choque y fuga pero que en ese instante de ser un desconocido a luego hacerme sentir después de tanto pues me hizo obsesionarme un poquito yo había salido de una relación donde el contexto era de un círculo vicioso que no podía salir o quizás como no conocía a nadie interesante no quería salir de esa zona de confort pero luego conocerlo a él invalidó todo eso.
Hice lo mejor que sé hacer, stalkear. Después de besarnos toda la noche no sabía su nombre, pero sabía su apellido por obvias razones que no quiero mencionar porque no quiero quemarme y porque los escritos se han hecho para quemar gente y no auto quemarme. Hice la clásica de chica no tan fácil, después de descubrir su nombre lo seguí en Instagram y pensé ya hice suficiente ahora le toca hablarme y todavía me puse un reloj mental que si no me escribía hasta finalizar el día yo lo dejaba de seguir y bueno esos buenos besos de la fiesta no significarían nada lo cual me dolería un poquito que minimice mis besos porque soy buena besadora.
Cayó en mi reto claramente personal, me escribió y luego nos volvimos inseparables (ironía) pero como chuchas nos vamos a volver inseparables si estamos a kilómetros de distancia personalmente la distancia es una real mierda y no pienso discutirlo con nadie, o sea, no soy de las personas que viven del contacto físico o de los cariños incesantes pero que me ha dado crisis emocionales por no tenerlo físicamente cuando quería tenerlo sí y he padecido un poquito extrañarlo. Soy una estúpida al no retroceder cuando me dijo que no vivía en Lima y que el día que lo conocí él solo estaba de vacaciones, (cuando nos envolvimos en la fiesta lo hablamos pero no nos importó porque estábamos borrachos) y ya sobrios pensábamos que podíamos lidiar con la puta distancia él le parecía cojonudo venir a Lima de vez en cuando yo sentí que tarde o temprano sería agotador para él pero no podía apagar su entusiasmo ni yo mis ganas de querer intentarlo.
Al siguiente mes jugando a querer ser pareja lo llevé al concierto de Pelo Madueño porque mi lenguaje de amor es presentar a los artistas que a mi me gustan él no iba a conciertos desde que libido se separó creo y la pasamos de puta madre, tiempos de pandemia no podíamos ni sacarnos el cubre boca en el anfiteatro del parque de la exposición pero nosotros ya habíamos entrado al evento on fire porque habíamos bebido una botella de RC. Ahí descubrimos que lo que vivimos en una noche loca de fiesta ya no era tan solo diversión sino que realmente nos gustábamos.