C3. El chico de la guitarra.

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—¡Hemos llegado!—Leyre apartó la mirada de la pantalla de su ordenador, observó a la recién llegada un breve momento y luego se rió

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—¡Hemos llegado!—Leyre apartó la mirada de la pantalla de su ordenador, observó a la recién llegada un breve momento y luego se rió.

—¿Hemos llegado?—cuestionó.

—Evie y yo—anunció Hailee como si fuese la cosa más obvia del mundo.—Resulta y resalta que ella estaba viniendo hacia acá pero cuando pasamos por la cocina, se encontró con tu madre y comenzaron a hablar sobre cosas de señoras que no tengo ni la menor idea—añadió y Leyre se rio sin ganas.—Ay, pero que buen humor nos manejamos hoy...

—Estoy terminando de ordenar mi nueva habitación—musitó la pelinegra caminando hacia la nueva estantería de libros que irónicamente sólo tenía un libro.—¿Quién dijo que ordenar una habitación es divertido?

Hailee se echó a reír y luego negó.—Tampoco es que deba ser algo horrible—decidió.—Vamos, Isabella ¡bailemos!

—Oh. No.

—Oh, sí.—asintió.—Vamos, Ley, sé que es una mierda todo lo que ha pasado en los últimos cinco meses y que ha sido demasiado lento todo pero que no puedas patinar por ahora realmente no significa que no puedas divertirte, entiendo que tu concepto de diversión está completamente ligado al patinaje pero ¡salgamos esta noche!

—¿Qué?

—Va a ser divertido. Hay un restaurante-bar en el que sirven una comida jodidamente buena y además, hay presentaciones en vivo de músicos locales y aspirantes a músicos; yo creo que podría ser divertido ¿no crees? —explicó. Leyre suspiró y volvió su atención al librero un segundo antes de volver su mirada a los ojos marrones de su amiga.

—Está bien, vayamos esta noche..

—¡Esa es mi amiga!—celebró.—Te prometo que va a ser divertido pero Ley...—la pelinegra la miró—para eso también tienes que poner de tu parte ¿no crees? Mira; hagamos algo, salimos esta noche, nos olvidamos de todo lo malo y pasamos una buena noche, quien quita y podemos conocer chicos lindos, digo, no es que esté peleada la diversión con los romances de una noche...

—¡Cierra la boca!—se quejó y luego las dos se rieron.

(...)

Leyre frenó sus pasos apenas entró en el famoso restaurante-bar de que Hailee no había parado de hablar en todo el día, no sabía si su amiga sólo había exagerado con todas las buenas referencias que le había dado sobre el lugar pero a simple vista sí era acogedor. Las mesas estaban bien alineados y todo parecía en perfecto orden, justo dónde debía ir. Llevó sus ojos azules hasta el pequeño escenario al final del lugar donde un hombre cantaba con tanto sentimiento que a Leyre le dieron ganas de llorar.

La mano de Evie la empujó suavemente para que avanzara y no se detuvo hasta que encontraron una mesa al final opuesto al escenario. La tenue luz que les ofrecían los pequeños farolillos del techo parecían hacer que aquel lugar luciera como un escenario perfecto para una cena intima de una película romántica de esas que ella amaba ver los domingos por las tardes; y ella también se pudo haber creído aquello pero eran sus amigas las que la acompañaban ese día.

EL CHICO DE LA GUITARRA #1 (SAGA LOVE NOTES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora