I WANNA BE YOURS; Sirius Black ft. Brian O'Conner

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CAPÍTULO UNO
[RECUERDOS DEL PASADO]

Alina Riddle aún podía recordar el momento en que se enteró de su embarazo. No estaba preparada para ser una madre joven.

Ni siquiera tenía un lugar al que llamar hogar, tampoco tenía el respaldo de su padre, solo estaba ella y sus amigos.

Pero cundo los padres de Regulus Black descubrieron que ella llevaba en su vientre al heredero de la Noble Casa Black, no tardaron en reaccionar para hacerla sentir un miembro más.

Ahora todo quedaba en recuerdos en su cabeza, recuerdos que la atormentaban. Recuerdo que desearía volver a vivir y tomar decisiones diferentes, pero el pasado no se puede cambiar.

El número doce de Grimmauld Place permanecía en un silencio sepulcral. Calaba en los huesos de los únicos cuatro habitantes de la casa.

Kreacher, el elfo doméstico, Harry Potter, Sirius Black y Alina Riddle.

Alina Riddle, abrió la puerta de la habitación de su hijo, la cual fue suya hasta hace unas tres semanas atrás.

Aún se podía sentir el olor de su colonia. Ver algunos pergaminos esparcidos en el escritorio.

Alina vio una fotografía, una donde se encontraba su hijo Cedric junto a su novia en ese momento: Hermione Granger.

Los dos habían comenzado un romance a mitad del tercer año de la chica, recordaba como su hijo le hablaba de la chica de una manera tan inimaginable. La forma en que Cedric hablaba de la chica Granger le hacía creer a su madre que encontró al amor de su vida y ella misma veía el como, Granger amaba al chico. Cuando ambas lo perdieron, se abrazaron la una a la otra con sus heridas.

Tomó el álbum de fotografías que estaba en la mesa de noche. Fotografía de ella junto a su hijo de pequeño, algunas con Regulus. Cedric durante toda su vida fue un hijo amado. Incluso había fotografías junto a Amos Diggory, el hombre que les prestó su nombre para proteger a su hijo, una parte clave en su familia.

Sirius quien no podía dormir debido al insomnio que atravesaba, entro a la habitación de Cedric al ver a Alina concentrada en las fotografías.

— ¿Alina? — la llamó.

La pelinegra se volteó a verlo con las lágrimas desbordando por sus ojos, ella no las sentía.

El Black mayor se acercó a ella sentándose a su lado mientras le acariciaba la espalda y quitaba las lágrimas con su dedo pulgar.

Miró la fotografía del pequeño Cedric, al igual que una de él estando con su ahijado. La familia Black se quebrantó.

— Existe un nombre para un hijo que acaba de perder a sus padres — murmuró Alina calmando su llanto. — Huérfano. Existe uno para aquellos hijos que nacieron afuera del matrimonio. Bastardos. Pero no existe un nombre para una madre que acaba de perder a un hijo, simplemente aún no se ha podido llamar de alguna forma. — sollozo la chica Riddle. —  Se supone que las leyes de la naturaleza indican que un hijo debe morir después que sus padres, no antes.

Sirius no entendía del todo su dolor, si bien él perdió a su hermano menor y a su sobrino, no era el mismo dolor que Alina experimentaba. Ella llevó durante meses a Cedric en su vientre, lo vio crecer y sostuvo sus manos hasta que aprendió a andar solo, para que él hombre quien decía darle la vida le arrebatara aquel pequeño que una vez vio nacer.

— Nos vengaremos de él, Alina — afirmó Sirius. — La muerte de Cedric no quedará impune.

Alina lo miró, aquellos ojos llenos que irá y dolor. Llenos de sangre y un deseo firme de venganza recorriéndola.

— Me vengare de mi propio padre, no importa el tiempo que me tome hacerlo.

Harry quien permanecía de espaldas la puerta de la habitación escuchando al conversación, mordió su labio inferior evitando dejar escapar un sollozo.

Sirius y Alina se separaron para ver hacia la puerta encontrando a Harry.

— Harry...

— ¿Me odias, tía Alina? — preguntó Harry con la voz entrecortada.

Alina se sorprendió al escuchar a Harry de aquella manera, lo había visto llorar en otras ocasiones, pero decir que ella lo odiaba le rompió el corazón.

— Por mi culpa Cedric murió — respondió Harry a una pregunta que Alina no formuló en voz alta. — Te quedaste sin tu hijo.

La Riddle y el Black descubrieron que Harry escuchó su conversación.

Sirius movió su mano indicándole a Harry que se acercará. El azabache lo hizo sentándose en medio de ambos.

Alina lo tomó de las manos acariciandolas, era tan pequeño y llevaba el mundo sobre sus hombros.

— Tu no tienes la culpa de nada Harry — murmuro Alina con voz maternal. La misma que Harry escuchó durante años. — No eres culpable de las decisiones que otros toman. Tom decidió quitarme a Cedric, no tú. Tú y Cedric han sido mis hijos a lo largo de todos estos años, perder a Cedric es un vacío que no será llenado nunca.

— Y tú eres mi madre — respondió Harry mirándola con el mismo cariño que cuando llego a sus brazos aquella noche de octubre. — Me cuidaste y protegiste todos estos años, lamento no haber sido tan valiente para proteger a Cedric como él me protegió.

Alina abrazó a Harry, era solo un chico y ya sentía el dolor en sus hombros. Alina no lo culpaba, no lo hizo cuando le dio a Cedric y no haría ahora, entendía que él también fue una victima.

Sirius se les unió en el abrazo, Harry se aferró a ambos, a sus dos padrinos, los dos que lo han criado durante sus últimos casi quince año. Aquella familia que comenzó siendo de cinco, quedó en tres personas con el corazón roto intentando unir sus piezas.