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Mientras pasaron los días en los que Tanjiro permaneció pegado a Genya como una garrapata se dio cuenta de que el mohicano era sorprendentemente bueno con las armas y bastante susceptible a los halagos, halagos que siempre recibía de su parte y pl...

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Mientras pasaron los días en los que Tanjiro permaneció pegado a Genya como una garrapata se dio cuenta de que el mohicano era sorprendentemente bueno con las armas y bastante susceptible a los halagos, halagos que siempre recibía de su parte y planeaba seguir haciéndolo porque cada vez que lo hacía sus mejillas se adornaban de un rojo intenso. Demasiado lindo para mi pobre corazón.

—¿Qué harás después del entrenamiento? —Le pregunté desacelerando el paso, él estaba caminado más lento que yo, supuse que estaba cansado por el entrenamiento. Ya que, suele caminar increíblemente rápido.

—¿No tienes que entrenar hoy? No debes seguirme todo el tiempo. — Rodea los ojos.

—Me gusta más estar contigo, además Kotetsu me dio el día libre, puedo estar a tu lado por hoy. —Sonreí en grande, estuve feliz durante todo el trayecto hasta que nos encontramos a la señorita Mitsuri y Genya huyó del lugar cuando esta lo intentó saludar.

La pilar comenzó a lloriquear por la reacción del mohicano. Tanjiro tuvo que dejar ir a Genya para consolarla, luego tendría que buscarlo. La mujer le entregó algunos dulces de sandia para que los comiera junto a Kotetsu, Tanjiro solo agradeció por el regalo, le guardaría unos cuantos a Genya, puesto que se había enterado de su gusto por la sandía gracias a un herrero que le llevaba una canasta llena de esa fruta cada mañana.

Primero fue donde Kanamori para dejarle una parte de los dulces, dado que este y Haganezuka vivían junto a Kotetsu. Después se dirigió a las aguas termales donde Genya pasaba la mayoría del tiempo.

—Hola, Genya. —Saludo el menor, se desvistió y nado hasta alcanzar al otro chico. —Tengo algunos dulces para que comamos juntos. —Genya no le respondió, pero a Tanjiro no le pudo importar menos y solo le acaricio la cabeza.

—Te dije que dejaras de hacer eso, idiota. —Toda su cara se tornó roja. Se alegró por dentro de su reacción, le gustaba ser la persona que hiciera que se pusiese así.

—Está bien, ya no lo haré. —"Por lo que queda del día" pensé.

Nos quedamos un rato más en las aguas termales hasta la hora de la cena en donde nos separamos. Yo suelo cenar con la de cabello rosa y verde junto a Nezuko y el otro chico prefiere ignorar los horarios para comer y estar solo en su cuarto de hospedaje, pero a Tanjiro no le podría importar menos, por lo que luego le llevaría algo de comida.

 Yo suelo cenar con la de cabello rosa y verde junto a Nezuko y el otro chico prefiere ignorar los horarios para comer y estar solo en su cuarto de hospedaje, pero a Tanjiro no le podría importar menos, por lo que luego le llevaría algo de comida

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𝐈 𝐰𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐛𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫𝐬 ┌𝙏𝙖𝙣𝙜𝙚𝙣 ┚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora