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Todo pasó tan rápido, de un momento a otro aparecieron cuatro demonios que nos separaron y ahora yo me encontraba amarrado con una seda pegajosa y blanca que a decir verdad se sentía realmente asquerosa

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Todo pasó tan rápido, de un momento a otro aparecieron cuatro demonios que nos separaron y ahora yo me encontraba amarrado con una seda pegajosa y blanca que a decir verdad se sentía realmente asquerosa. No podía sentir el olor de la señorita Mitsuri ni el de Shinazugawa. Cada vez que intentaba liberarme o me removía un poco la cosa blanca me apretaba con más fuerte.

— ¡Mitsuri!, ¡Sanemi! — Grité lo más fuerte que pude, sabía que tal vez ellos no serían los que vinieran, pero si hacía que el demonio apareciera podría examinarlo y saber cómo derrotarlo.

— No creo que sea buena idea que grites, a mis compañeros no les gustan los humanos ruidosos. — Mis ojos se conectaron con los oscuros de la cosa delante de mí y podía diferenciar ese color de cabello en cualquier lugar y ni hablar de su tono de voz, pero ese olor, ese maldito olor lo delataba. — ¿Qué pasa, te gusta mi apariencia? Es la que más me mostro tu mente, tus recuerdos solo mostraban a este chico.

No quería verlo ¿Por qué se veía igual a Genya? Es repugnante verlo con el olor de esa cosa en él.

— Mírame, me he vuelto así por ti ¿No te gusta? — Tomo mi rostro con brusquedad, era idéntico a él desde la punta de su cabello hasta la mínima cicatriz de su cuerpo.

Por cada aliento que daba la copia de Genya se acercaba más hacia mi rostro en defensa le di un cabezazo que lo hizo retroceder, en consecuencia, la seda se ajustó a mí de una manera que casi me corta la respiración. Se limpió la sangre de su frente y mostró sus colmillos los cuales atravesaron mi piel con rudeza solté un grito por la impresión y debido al dolor casi pierdo el conocimiento, pero en eso apareció Sanemi y su Katana atravesó el abdomen del demonio que me soltó dejando un hilo de sangre caer por mi hombro, el demonio se colocó detrás de mí como animal asustado.

— ¿Cómo es que estás aquí? ¿Qué les hiciste a los otros? — Con cada palabra que decía podía sentir como apretaba sus manos en mi ropa y en verdad si fuese el verdadero Genya que estuviera aquí en vez del demonio y el peliblanco, creo que de verdad estaría muy feliz de estar en este lugar. Pero no era mi situación, lamentablemente el caso, como siempre.

— ¿Hablas de esos debiluchos? No fue difícil acabar con ellos. — Sus uñas se clavaron profundo en mi piel. — Tu no deberías ser diferente a ellos, usando una táctica tan mediocre como esa, fingiendo ser algo que no eres, simplemente patético.

El demonio se aventó sobre el mayor y no fue mucho el tiempo en que tardó para que su katana atravesara su cuello limpiamente, sin ninguna emoción en su rostro, ¡como si el demonio que acabase de matar no fuese la viva imagen de su hermano menor! Me dirigió una mirada de arriba a abajo.

— Apresúrate, tenemos que encontrar al que falta. — Asentí con la cabeza y lo seguí por detrás, mientras intentaba quitarme toda la cosa blanca de encima que iba desapareciendo por la muerte del demonio cambia forma. 

 

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𝐈 𝐰𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐛𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫𝐬 ┌𝙏𝙖𝙣𝙜𝙚𝙣 ┚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora