Unique

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Aether había comenzado a buscar a sus amigos para entregarles la noticia que Nilou le había transmitido a través de aquella carta, la emoción se apoderaba de su cuerpo al saber que podría tener un banquete con todos sus amigos de la nación de la sabiduría pero en esta ocasión estarían en paz, sin tener que preocuparse por la seguridad de la arconte o planes complicados.

Su primera parada fue la Academia, pues le habían informado era probable que el escriba Alhaitam se encontrará ahí dentro.

Se llevó una sorpresa al no verlo inmediatamente, por lo que él y su compañera de aventuras, Paimon decidieron preguntarle a un erudito que se encontraba ahí mismo.

—¡Hola! ¿Has visto a Alhaitam por aquí? —preguntó Paimon con su característica voz alegre.

—Me pareció ver que se dirigía a la casa de la Daena, seguramente lo encuentren ahí —respondió aquel hombre con tranquilidad, pero a pesar de todo, su curiosidad fue más grande —Ustedes son las segundas personas que vienen buscando a Alhaitam, si que es alguien ocupado —.

El viajero y Paimon se miraron el uno al otro, con curiosidad.

—¿Quién más lo vino a buscar?

—El señor Kaveh estuvo aquí hace unos minutos y también preguntó por él, es extraño, pues ellos dos se llevan como perro y gato —contestó con simpleza, acostumbrado a aquel comportamiento —¿Ustedes dos también están interesados en los rumores de los sabios? Especialmente la relación entre esos dos es extraña, siempre están discutiendo, pero aun así siempre están juntos, incluso fuera de la Academia —.

—¿Rumores? Nosotros solo venimos a informar algo a Alhaitam, pero de todos modos ¡gracias! —ambos salieron de aquella habitación, dirigiéndose a donde aquel hombre les había indicado.

Se acercaron un poco más, llegando a la biblioteca, Aether entró primero, regresando inmediatamente.

—Creo que Alhaitam no tiene tiempo para nosotros ahora mismo —informó a Paimon, esta solo lo miro con curiosidad.

—¿A qué te refieres? —El rubio trato de detener a su amiga flotante de que entrará ahí, pero esta solo lo ignoro.

Vaya sorpresa se llevó Paimon al ver aquella escena.

—Mhm...estamos en la biblioteca, cualquier persona puede entrar, Haitam — aquel desconocido estaba pegado contra una estantería, con el cuerpo de Alhaitam impidiéndole moverse mientras besaba su cuello.

Aether y Paimon estaban bastante sorprendidos con aquella escena, pues Alhaitam no parecía alguien interesado en aquel tipo de prácticas.

—¿Qué fue lo que pasó en la Academia mientras no estaba? —la voz de aquel agraciado rubio estaba entrecortada, al parecer podría ser por las manos del escriba que acariciaban sus muslos con tentación.

—¿Por qué me lo preguntas a mi? —respondió este, aún siguiendo con su tarea.

—¡Tal vez porque eres el maldito escriba! —Alhaitam puso su mano en la boca del rubio inmediatamente.

—No hagas tanto ruido, Kaveh —.

Así que el era Kaveh, el hombre que les había informado de su visita estaba al mismo tiempo equivocado y en lo correcto sobre que se llevaban como perro y gato.

Los labios de Alhaitam se encontraron con los de Kaveh, uniéndose en un al parecer necesitado beso.

El peligris enredo sus dedos en el cabello de su acompañante, separándose y jalando a este hacía una mesa y poniéndolo de espaldas ahí mismo, dejando la cara del rubio contra la fría madera.

Aether y Paimon seguían igual de sorprendidos, incluso el rubio que se encontraba a una distancia considerable de aquellos hombres podía notar la erección entre las piernas de Alhaitam.

El de ojos verdes se acercó al rubio, pasando su mano por su espalda gracias al orificio que su ropa dejaba, cada vez se encontraba más cerca del rubio, terminó quedando al lado de la oreja del de rubíes.

—Estabas en el desierto cuando Sumeru más te necesitaba, cuando yo más te necesitaba —susurró lo suficientemente fuerte para que los dos intrusos lo escucharan.

—Haitam, sabías que estaba haciendo algo importante...—el rubio soltó un suspiro al sentir como el menor acercaba su entrepierna a su trasero.

—Esperemos un poco más —dijo Paimon ante aquella escena, saliendo ambos de la biblioteca y sentándose afuera de ésta, esperando que el alboroto ahí dentro se calmará.

A pesar de estar afuera y de las gruesas paredes de aquel lugar, aún era posible escuchar los gemidos del rubio y algunos "no grites, nos van a escuchar" por parte del peligris. Después de un rato, el sonido se calmo y el rubio salió de la biblioteca no sin antes gritarle a Alhaitam.

—¡Más te vale que hoy llegues temprano a casa, idiota! —luego de eso camino con rapidez, con la mirada baja e ignorando totalmente el desastre que venía hecho, con su ropa desordenada, el cabello despeinado y un gran chupetón en su cuello.

Cuando se alejó lo suficiente, Aether y Paimon entraron a la biblioteca, encontrándose con el escriba en un desastre igualmente.

Había algunos libros en el suelo, los audífonos del más alto también estaban en el suelo, el pequeño orificio de la camisa de este estaba más a la derecha de lo que debería estar, seguía un poco sudado, su rostro estaba rojo, además su cabello estaba para atrás, dejando ver ambos de sus ojos, e incluso Aether podría jurar que su respiración seguía un poco agitada.

—¿Quién era el? ¿Un amigo tuyo? —preguntó Paimon con descaro.

—¿Parecía mi amigo? —contestó Alhaitam, refiriéndose a que parecían tener discusiones constantes.

—Honestamente no —Aether y Paimon respondieron al unísono, después de lo que habían visto, la pelea no era lo único que dejaba en claro que no eran amigos.

letter | haikaveh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora