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Los rayos del sol se filtraron por las ventanas indicando que un nuevo día había llegado Y Ni-ki aún seguía muy dormido en el sofa, boca abajo y con un brazo colgando en la orilla. Pero su sueño fue interrumpido cuando su teléfono que estaba en la mesita frente al sofá comenzó a sonar, bufo con molestia estirando su brazo apenas. Sin querer Tener que levantarse pero al (según el) contestar lo que pareció ser una llamada, se dió cuenta que era una alarma. Que indicaba las malditas ocho de la mañana, ¿quien verga se levanta a las malditas ocho de la mañana en domingo? Quien sabe, pero ni-ki no

Se sentó soltando un largo suspiro mientras pasaba su mano por su rostro, miro a su alrededor con los ojos entrecerrados corroborando si aún estaba en su casa, alzó el teléfono en su mano y al instante hizo una mueca de confusión al darse cuenta que ese no era su teléfono, parpadeo Despacio para luego cerrar los ojos al momento de recordar que no había ido a casa solo, y en cambio, Sunoo se había quedado ahí también

— soy idiota... — murmuró. Dándose un leve golpe en la frente con su palma y dejar el celular donde estaba

Se levantó por fin, estirando su cuerpo para dirigiese al baño. Arrastrando los pies con toda la pereza del mundo. Entro y cerro la puerta tras sus espaldas con ayuda de su pie. Hizo sus necesidades y después se dispuso a la lavar sus dientes, y mientras lo hacía, los recuerdos de la noche anterios inundaron su cabeza, porque si, recordaba todo lo que había pasado y no sabía que hacer con eso

Realmente, no estaba seguro si lo que había pasado entre el y sunoo fue la mejor decisión, pues el estaba muy borracho. Y si sabía que estaba en ese estado no debió tocarlo de ninguna manera. Ni mucho menos de la forma en la que lo hizo anoche, sabía que tambien que no era el único responsable, después de todo no es como si el hubiera sido el único que se dejó llevar de más. Y el pues al estar también borracho no se pudo negar, Sin embargo, se sentía un poco más responsable, no sabía porque pero así se sentía, no quería tener que lidiar con un problema ahora. Ni con Sunoo arrepentido, porque estaba muy seguro que el pelinegro tal vez, haria un escándalo por lo que había pasado o tal vez se vaya a enojar, y siendo sincero, Realmente no quería que se enojara con el, sin saber porque en realidad pero no quería

— creo que la cague... — murmuró, soltando un suspiro largo

...

Dieron las diez de la mañana y con ello Sunoo apenas estaba despertando

Sus párpados temblaron antes de que se abrieran, apenas un poquito para volver a cerrarlos. No queriendo tener que despertarse, y por ello se envolvió en la manta que lo cubría. Como si fuera un sushi dando la vuelta para pegarse a la pared como siempre solía hacerlo cuando no se quería levantar de la cama, pero no espero en lo absoluto que la pared no estaría ahí para detenerlo a ponerse en la mera orilla de la cama, donde por seguir rodando termino por irse se espalda contra el suelo. Sacándole un quejido al pelinegro que igualmente se quedó tirado ahí, queriendo dormir otra vez. Pero una duda llevo a su cabeza adormilada

»¿desde cuando no había pared del lado izquierdo?«

Ese pensamiento lo hizo levantarse de golpe. Mareandose en el acto y sintiendo dolor a los costados de su cabeza haciéndolo sisear, llevo sus manos a su rostro tratando de ordenar sus pensamientos antes de observar donde estaba, entrando en un mini pánico al darse cuenta que esa no era su casa, ni tampoco su habitación, miro todos lados tratando de buscar algún indicio de que alguien más estaba con el, y pudo respirar tranquilo unos segundos al estar solo, pero no duro mucho cuando comenzó a preguntar cosas, como por ejemplo:

¡𝗧𝗼𝗱𝗼 𝗣𝗼𝗿 𝗨𝗻 𝗘𝘀𝘁𝘂𝗽𝗶𝗱𝗼 𝗣𝗿𝗼𝘆𝗲𝗰𝘁𝗼! → sᴜɴᴋɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora