✎ 𝙉𝙤 𝙡𝙡𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙢𝙖́𝙨 ✐

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ᥱs𝗍ᥲძ᥆: 04 meses

『••✎••』

Un llanto escandaloso rompió el silencio de esa fría madrugada, Yuta quién dormía placido en cama se levantó rápidamente sorprendido, su esposo no estaba a su lado, fue a su búsqueda siguiendo aquellos gemidos lastimeros.

Lo encontró en la cocina, sentado a los pies del refrigerador comiendo helado de café en grandes cucharadas.

Mark odia el café.

-Cariño...

Mark volteó a su marido y lloro más fuerte, alzó los brazos hacía él en busca de su aroma, Yuta atendió al llamado y lo cargó en sus brazos, Mark aferró brazos y piernas a su Alfa escondiéndose en su cuello.

Yuta envolvió todo el cuerpo trise de su esposo y comenzó una clase de movimiento lento de un lado a otro para que se calmará, estaba acunando a un enorme cachorro triste. Mark sentía como la palma de su marido recorría su espalda entre caricias que le erizaban la piel de forma deliciosa, podía dormirse en sus brazos rodeado de su rico aroma en cualquier momento.

-Alfa..

-¿Te sientes mejor?

-El helado

Posó su vista en el envase vacío de helado que estaba en el piso junto una cuchara, Lee sintió ganas de llorar otra vez.

-Cariño esta bien, creí que odiabas el café pero si quieres más te lo daré mi vida, no estés triste de acuerdo

-Y-yo odio el café, es que, tenía hambre y me topé con tú helado en el congelador, así que me lo comí

-No estoy molesto por eso lindo

-Pensé que no me gustaría pero lo amo mucho, luego me sentí triste por el café, lo he odiando toda mi vida cuando en realidad es muy bueno, fui muy malo con el café Yuta, soy una m-mala persona

Se aferró tembloroso a su esposo soltando lágrima tras lágrima, Nakamoto no hizo más que seguir con sus suaves caricias mientras le susurraba que todo estaría bien, que el café seguro le perdonaría y se llevarían bien de ahora en adelante.

Desde mediados del tercer mes los cambios de humor en su Omega se han palpado fuertemente, además de sus ganas continuas de orinar y comer en cantidades.

Odiaba ver a su ángel llorar de esa forma, pero no puede evitar que le cause un poco de gracia el asunto, no por sus lágrimas sino la causa de ello y al parecer ahora sería el café. La semana pasada fue por el hecho de que sus tomates cherry no tenían una mamá tomate con ellos, tuvo que salir corriendo a comprar unos tomates normales para su esposo.

Lo acunó en sus brazos unos minutos más hasta que paró el llanto, a paso lento lo sentó en el mesón de la cocina y fue por unos pañuelos.

El rostro de Lee estaba brillante por las lágrimas, su nariz respingada estaba rosada junto a sus mejillas y moqueaba pausadamente, Yuta quería besarlo hasta más no poder, incluso después de llorar su esposo no perdía esa espléndida belleza que lo caracterizaba.

➷ᴘʀᴇɢɴᴀɴᴛ ʟᴇᴇ  / ʏᴜᴍᴀʀᴋ ➹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora