¿Por qué alguien escribiría una carta, bueno más bien un poema, y lo dejaría dentro de una taquilla? Esa misma pregunta se la hizo Felix el día que misteriosamente un sobre con un corazón rojo apareció dentro de su taquilla. Nada más entrar por la puerta del instituto e ir en dirección a las taquillas fue lo primero que vi cuando la abrió. No se esperaba que tuviera una admiradora secreta o que alguien se tomara el tiempo de escribir algo para él. O sea, ¿quién escribe poemas de amor hoy en día? ¡Qué forma tan peculiar de declararse a una persona! Pero, aunque Felix lo encontrara algo anticuado fue lo más bonito y significativo que alguien pudo haber hecho por él. Sin embargo, dicho papel no contenía nada más que unos bonitos versos escritos a ordenador. Sin ninguna firma, ni letra que delatase a aquella persona que se escondía detrás de esas palabras. Felix no quiso hacerse ilusiones ni nada por el estilo, porque hay que ser idiota para enamorarse de la primera persona que te llama guapo, o en este caso que te lo escribe. No obstante, Felix se esforzará al máximo por descubrir a la persona que le dibuja una sonrisa todas las mañanas con sus preciosos poemas. Lo que Felix no sabe es que los poemas se van a convertir en parte de su vida y una cosa fundamental e indispensable para él. La cosa más bonita que le podría pasar a un chico de tan solo 17 años que poco a poco destapara el anonimato de su admiradora, pero antes tendrá que sobrepasar unos cuantos obstáculos. ¿Quién será la persona detrás de los poemas?
