Miércoles, 8:15 am (Narra Felix)
Tengo el presentimiento de que el tercer poema me estará esperando ya dentro de mi taquilla. Nuevamente no he dejado de darle vueltas durante toda la noche. Es que me es imposible imaginar a Karen escribiendo este tipo de cosas. Tengo que sacar más conclusiones o estar más atento a los movimientos de los demás. Cualquiera podría ser una sospechosa. Tengo que mantener los ojos bien abiertos a cualquier movimiento fuera de lugar. Por cierto, no lo he mencionado pero hoy tampoco he llegado tarde. Supongo que esto de las cartas en parte me beneficia, pero es que no puedo esperar a ver lo que esta vez me ha escrito. Nunca me he sentido tan impaciente en mi vida.
Al fin llego a la puerta de mi taquilla y rápidamente la abro. ¡Efectivamente el tercer poema estaba ahí esperándome! Miro a mi alrededor para asegurarme de que nadie me está mirando antes de abrir el sobre. ¿Pero ahora qué?...Ahora mismo no es el momento, Felix.
- Tío, los chicos y yo estamos pensando en ir a casa de Thomas este viernes. Tienes que ir. Esta vez no hay excusas. - me dice Max mientras me apunta con el dedo, interrumpiendo que abriera el sobre. Vale, es cierto, admito que la última vez que los chicos me propusieron quedar yo me inventé una excusa barata, algo que hasta me da vergüenza decir. Solo quería estar un momento a solas y no es porque estuviera triste o algo así. Todos necesitamos estar un momento a solas de vez en cuando para evadirse de la realidad. Sin embargo, eso no significa que no quiera pasar tiempo con mis mejores amigos. Al contrario, ¡por supuesto que me encanta estar con ellos!
- Claro, claro. Ahí estaré. -digo con confianza a la vez que sonrío mientras intento esconder el sobre detrás de mí. Sin embargo, Max se da cuenta y enarca una ceja confundido.
- ¿Qué escondes ahí?- me pregunta curioso mientras intenta ver lo que hay detrás de mí. Yo me pongo nervioso e intento pensar en algo, pero nada se me viene a la mente.
- Nada.- digo rápidamente mientras miro hacia otro lado, intentando evitar la mirada de Max. La verdad es que no quiero contarles a mis amigos sobre las cartas que he empezado a recibir estos últimos días. Muchos menos que posiblemente tenga una admiradora secreta. Y la verdad es que yo sé que podría confiar en ellos, pero de momento quiero guardármelo para mí mismo. Es un secreto entre esa persona y yo. Algo nuestro que de momento no quiero compartir con nadie. Al fin y al cabo es la primera vez que cosas así me pasan. Además quiero evitar que mis amigos me molesten con comentarios como "Por fin Felix ha encontrado el amor" o "Ya te iba tocando" o "¿Quién es la afortunada?", etc. Seguramente que si se lo cuento, me van a hartar a preguntas que ni yo mismo tengo las respuestas. Y lo más seguro es que me quieran ayudar a encontrar a la autora de estos poemas, lo que provocaría que todo el instituto se entere de esto. Ya bastante tengo con que sepan casi toda mi vida como para que ahora se enteren de esto y de ahí creen rumores. Mientras tanto Max se da cuenta de que obviamente he mentido y como se me da de pena mentir pues lo que hago es decir balbuceando un poco.- B-bueno...a-ahora me tengo que ir. Te veo luego, Max.- salgo casi corriendo del pasillo hacia clase, dejando a Max con una cara totalmente de confusión.
11:20 am
- ¿Tú que te traes con Martha, eh?- pregunta Jake con una leve sonrisa pícara a Max. Últimamente Martha y Max han estado más juntos de lo normal, y ya no es solo que se sienten juntos sino que muchas veces los hemos encontrado juntos en la cafetería, durante los descansos, los cambios de clase e incluso por los pasillos.
- No, es nada. Solo es una amiga.- dice Max un tanto nervioso. Como se nota que a Max le gusta Alex, su cara y sus palabras le delatan. Los tres soltamos unas pequeñas risas al ver el leve sonrojo en las mejillas de Max. - ¿Pero ahora de qué os estáis riendo, eh?- dice Max un tanto avergonzado mientras vuelve la mirada a su comida.
