Viernes, 8:15 am (Narra Felix)
Ahí estaba lo que se ha convertido en mi razón de vivir estos días o mejor dicho desde que empezó la semana. Blanco con una corazón rojo decorándola. Me pregunto cómo lo hace. Es decir, siempre está aquí cuando llego. Debes despertarte demasiado pronto para llegar tan temprano y dejarme el poema. Muy lista, sabiendo que soy un vago para llegar tan temprano. Te has asegurado que nunca te pille en acción, porque sabes perfectamente que si ya me cuesta venir aquí a tiempo, me costará aún mas llegar aquí a las 8:00 de la mañana.
¿Cómo puedes conocerme tan bien? ¿Es por qué "soy popular"? Porque si es así, no me conoces ni la mitad...Mira si ni yo mismo me conozco al 100%. Estoy aprendiendo a hacerlo. Pero supongo que en parte tus cartas me están ayudando a descubrirme a mi mismo, ya que me haces reflexionar demasiado hasta cansarme. En fin, vamos a ello.
"Querido Felix: Ya que no puedo..."
- ¡Pues no! ¡No puedes! Si seguimos así nunca va a ser posible.- digo mientras recargo mi espalda en la pared mientras sigo sentando en el suelo y suelto un largo y pesado suspiro. Me empieza a gustar este rincón, porque por aquí nadie pasa. Puedo decir lo que quiera y ser yo mismo sin sentir la mirada de los demás puesta en mí. Es tranquilo y transmite paz. Me ayuda a pensar. Nadie me puedo escuchar aquí.
¿Cómo vas a esperarme si ni siquiera te conozco? No tengo una varita mágica para descifrar quien eres. Ni tampoco una bola mágica para ver tu cara. Soy un simple humano que poco a poco está cayendo por tus palabras. Me estás haciendo daño, pero no me duele tanto. Lo único que me arde dentro de mí es que permanezcas dentro del anonimato.
De pronto escucho unos pasos por el pasillo acercándose poco a poco a mi escondite. ¡No puede ser! Así que intento guardar rápidamente el papel dentro del sobre otra vez para guardarlo en mi bolsillo...Pero cuando me doy cuenta de quien es en realidad, me relajo inmediatamente, lanzando un suave suspiro. ¿Qué hará por aquí? ¿Además por qué siempre está aquí tan temprano? ¡Qué casualidad de que ella esté aquí también! Creo que ni se ha dado cuenta de que estoy aquí sentado en un rinconcito observándola. Está demasiado concentrada leyendo algo que está colgado en la pared.
Sonrío levemente porque ahora sí que se ha dado cuenta de mi presencia. La saludo desde la distancia, sacudiendo mi mano. Ella me devuelve el gesto y veo noto como se pone algo tímida. Típico de Chloe, pero por una parte me alegra que sea ella quien haya aparecido por el pasillo. Me transmite mucha paz y tranquilidad. Por otra parte, me sorprende que Chloe no me pregunte qué hago aquí solo sentado o alguna pregunta de esas.
- Creo que hemos sido los únicos que no nos hemos enterado que no había primera ni segunda hora hoy.- me dice mientras lentamente se acerca a mí. ¡¿Cómo que no había clase?! Veo como ríe suavemente ante mi reacción.
- Estás de coña, ¿no?- Chloe me niega levemente mientras me regala una pequeña sonrisa. Si hubiera sabido esto me hubiera quedado durmiendo en mi casa tranquilamente sin la necesidad de levantarme tan temprano.- ¿Y yo ahora qué hago?- pienso en voz alta mientras miro hacia otro lado. Chloe solo encoge los hombres y me dice:
- Yo pensaba ir a la biblioteca.- dice mientras ladea su cabeza levemente en dirección a la biblioteca. No es una casualidad. Ahora lo entiendo. El camino a la biblioteca está a solo dos clases de mi pequeño rinconcito. Se me había olvidado.- Si quieres puedes acompañarme.- Chloe dice suavemente mientras me regala otra pequeña sonrisa. A ver ir a la biblioteca no me entusiasma demasiado, pero no tengo nada mejor que hacer. Además necesito alguna distracción para dejar de pensar en la persona de los poemas. Así que acompañar a Chloe no es tan mala idea. Es mejor que no hacer nada.
