Desde edad temprana, las facciones del pequeño dieron de qué hablar. No había persona que al mirar a aquel niño, no se quedara unos instantes paralizado analizando su característico rostro, y es que en verdad, en un primer momento, lo que todos pensaban al verlo es que muy seguramente hubiese sido adoptado, pues sus padres, no disponían de rasgos destacables, pero sin embargo y a pesar de que esto no era cierto, nadie entendía de dónde aquel niño había heredado semejantes facciones. Su rostro parecía perfectamente tallado a mano y a medida.
Ojos negros rasgados, nariz fina y recta, cejas prominentes y perfectamente arqueadas; ni un vello más ni un vello menos. Unos armoniosos y carnosos labios en forma de corazón, pómulos prominentes y una impresionante mandíbula desarrollada.
El rostro de aquel chico solo podía definirse con una sola palabra; perfección.
Ahora bien, nosotros lo vemos y pensamos ¿Qué se sentirá ser poseedor de un rostro como ese? Solo Ezra podía saberlo.
