Confianza 1/3

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Miles Morales tierra 42.

Se recomienda tener fondo negro.

Miraste tu teléfono por centésima vez en este minuto

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Miraste tu teléfono por centésima vez en este minuto.

Todavía no hay señales de vida de Miles.

Estabas preocupada, más de lo que deberías ya que lo habías visto por última vez el día anterior. Sin embargo, estabas acostumbrada a enviar mensajes de texto a tu novio todos los días. Ya era de noche y no había contestado ninguno de tus mensajes. Examinaste con el ceño fruncido los últimos mensajes que le habías enviado. Te había dejado en visto.

Miles nunca te deja en visto.

Bueno, lo hizo, pero sólo por dos razones. Primero, cuando estaba enojado contigo. De ahí la primera contradicción porque el chico rara vez se enojaba contigo. Incluso si lo fuera, siempre te confrontaría directamente y hablaría las cosas. Odiaba estar en malos términos contigo. La vida ya era dura sin ti a su lado y no dejaría que nada le quitara ningún tiempo de calidad con su chica.

La otra situación era... actividades en la calle con su tío. Solía ​​desaparecer durante días sin decirte por qué, convenciéndote de que no te preocuparas por él. Sin embargo, después de esa noche en la que le gritaste, llorando, por preocuparte hasta la muerte después de que él te siguió durante dos días seguidos, prometió enviarte siempre un mensaje rápido para decirte cuándo estaría realmente ocupado. 

Entonces, mientras estabas sentada en tu cama, sumergida en la oscuridad de tu habitación, sabías que en ninguno de estos casos se aplicaba a la situación actual. Ustedes dos no habían peleado y él no te había dicho nada sobre sus actividades de merodeador. Bueno, nada que supieras, lo que te dejó locamente preocupada.

Sus últimas palabras juntos fueron cuando él se fue a una fiesta la noche anterior. Se suponía que debías ir con él, pero lo abandonaste en el último momento porque tu madre se sintió enferma. Preferiste quedarte a su lado, asegurándote de que mejorara. Al principio, Miles quería quedarse contigo y pasar la noche en tu casa, pero te negaste. No podías recordar la última vez que pudo recuperar el aliento y simplemente disfrutó de la vida como el joven que era. Siempre estaba saliendo contigo, asegurándose de que estuvieras a salvo en la misma ocasión, o trabajando con su tío. Entonces, como la buena novia que eras, lo convenciste de ir a la fiesta sin ti. Solo querías que se divirtiera y, aunque se mostró necio, no pudo decirte que no.

Desde entonces no habías sabido nada de su parte. Ya era muy avanzada la noche y deberías estar durmiendo, pero no podías cerrar un ojo.

En este punto, estabas contemplando llamar directamente a su madre o incluso a sus amigos. Pero sabías que Miles  despreciaba verte hablando con otros chicos. Aunque fueran sus propios amigos.

Tu tren de pensamientos fue interrumpido repentinamente por un golpe en tu ventana. Saltaste ante el sonido y te quedaste boquiabierta cuando viste al chico atormentando tus pensamientos por el rabillo del ojo.

¡ONE SHORTS! Miles Morales (Tierra 42 y 1610) x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora