— ¿Qué caso tiene, Suez? —pregunto Agami entrando en la cueva subterránea, con un vestido morado y el cabello desordenado— Aquamarine no la va a recibir —sintió la mirada de sus amigas—, los hechos hablan, las posibilidades de regresar son nulas, —baja la mirada molesta—, no las volveremos a ver.
—Tienes un mal día —dijo Lydar, sentada con una libreta y un lápiz en mano.
— Hice esto para mi hermana y va a recibirlo —dijo Suez tratando de contener las lágrimas guardando la caracola pintada en un frasco de cristal.
— Tal vez la marea pueda llevársela —expreso Lydar tratando de apoyar a Suez.
— estamos en Canlia así que cuando mucho al Pacían y no me miren, así que solo digo lo que es, ya tenemos que acostumbrarnos a quedarnos... para siempre.
— ¿Cómo estás tan segura de eso, Agami?
— puedes asegurarnos de que volveremos a la manada en no sé... una semana, seis meses a máximo, un año, no volveremos a verlas —dijo dando media vuelta para caminar a la estantería de la "biblioteca" para así acceder al pasillo de la casa y salir de ahí, Suez la siguió y Lydar fue tras ellas.
— ¿A dónde vas? —pregunto Suez siguiéndole el paso de cerca.
— Donde pueda estar sola —declaro una frustrada y molesta Agami que aceleraba su paso para alejarse.
— ¿no quieres que te acompañemos? —volvió a preguntar la de ojos celestes.
— ¡Suez, ¿qué parte de sola no entiendes?! —grito comenzando a correr.
— Ya déjala —dijo Lydar llegando junto a Suez— vamos al Céa de esta forma te distraes un poco.
Suez y Lydar fueron al café, mientras tanto Agami se fue al muelle a intentar despejar su mente, percibió a un niño discutir con sus padres, el chico se alejó, lo siguió, lo encontró en la orilla del muelle, llorando, su instinto le indico acercarse.
— Hola —dijo Agami sonriendo.
— ¿Qué quieres, mi mamá te envió? —pregunto el niño entre sollozos.
— no conozco a tu mamá.
— ¿Y qué haces aquí? —comenzó a secarse las lágrimas— Este es mi lugar especial.
— Bueno, aquí me gusta, puedo hacer lo que quiera cuando quiera —dijo Agami sentándose cerca del niño.
— Nadie escucha lo que yo quiero —expreso triste el de ojos ámbar.
— bienvenido a mi mundo, ¿te doy un consejo? —se cruzó de brazos—, cuídate solo.
— sí, claro —dijo un poco más calmado.
Agami tras escuchar su respuesta, se levantó, aún no tenía idea de qué hacer con Asher, pero el encuentro con ese pequeño niño le ayudo.
༻...༺Rivir estaba organizando cosas para la escuela y no sabían dónde estaba Agami, Lydar luego de ir al café se fue, Suez aburrida opto por volver a la casa. Además, ya se estaba haciendo de noche, escucho una salpicadura de agua, en el estanque vio a Lydar entrar con su rostro inexpresivo y esos ojos azul oscuro que hacían de su mirada asesina algo aterrador, se dio cuenta de que tenía los nudillos rojos, se sorprendió cuando sonrió, su amiga no era de mostrar emociones.
— ¿sigues esperando a Agami? —indago la mayor a su menor, sin salir del agua.
— Sí, ella ya debería estar aquí —respondió preocupada.
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Las cuatro vidas (Historias de fantasía y misterio)
De TodoCuatro chicas híbridas que intentan sobrevivir en un mundo mortal, superando lo que han vivido o muriendo en el intento.