Mi tesoro.

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"Aunque duela, es mejor así..."

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—¡¿Que hiciste que?! Ba-ya...—

El joven de ojos violetas daba vueltas una y otra vez en toda la habitación, su cara estaba tan roja que cualquiera diría que tenía fiebre.

—Joven Mikage, creí que también debía entregar los sobres, tenían el nombre del joven Seishiro...—

—No, no, no, solo debías-... Uhg, bueno, que se le puede hacer... Honestamente dudo que lea eso, puedes retirarte.—

La anciana solo hizo una reverencia y salió lo antes posible, dejando a un muy avergonzado Reo dando vueltas aún.

"¿Qué debería hacer?... ¡Me iré a otro país, si, ahí no podrá encontrarme nunca!"

Como si su vida dependiese de ello, puso una maleta sobre su cama y comenzó a lanzar ropa dentro de esta.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar una notificación de su teléfono.

Su cuerpo comenzó a temblar en cuanto desbloqueó la pantalla.

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"Reo...

En serio lo lamento..."

"No sé si debí haber leído lo que enviaste, pero lo hice... y quisiera disculparme por todo.

¿Podríamos hablar?...

Respetaré tu decisión, sea cual sea...

Nagi."

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"Maldita sea... leíste todo, eh... Nagi."

Una sonrisa algo tonta se formó en los labios de Reo, quién después comenzó a sollozar un poco, y es que el alivio que su corazón estaba sintiendo en esos momentos era indescriptible.

Aquella disculpa le traía una paz y tranquilidad increíble, quizá, era todo lo que estaba necesitando en esos momentos.

—E-esto es lo más cobarde que has hecho, Nagi... Sin embargo, era lo que quería escuchar desde hace mucho.—

Tomó asiento en su gigante cama, pues sus piernas seguían temblando gracias a la emoción.

"No abriré aún el mensaje" pensó para si mismo, pues quería tomarse un tiempo para poder digerir toda la situación, y quería contestar con la cabeza fría, pues, si lo hacia en ese momento podría contestar con el corazón, y eso sería considerado auto sabotaje.

—¿Qué debería contestar?...—

Frotó sus ojos tratando de cesar las lágrimas que aún derramaba por todo su rostro. En cuanto se calmó rápidamente se recostó, se sentía tan tranquilo que incluso había sentido mucho sueño de repente.

"Chigiri... después de mucho por fin ya tengo lo que quería..."

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"Esta bien. ¿De que quisieras hablar?"

Aunque dudó mucho en contestar, finalmente lo hizo.

—Espera... ¿No fue algo tonto lo que dije?—

Estaba tan nervioso que escribió lo primero que se le vino a la mente, "que se le puede hacer" pensó para si mismo y dejó el teléfono a un lado, no quería ver más aquel chat, pues su corazón se aceleraba cada que leía aquella cobarde disculpa.

Cartas para Nagi |NagiReo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora