El sol de la tarde iluminaba los caminos serpenteantes del jardín botánico de Gimsam, pintando con tonos dorados las flores que se mecían suavemente con la brisa. Beomgyu y Huening Kai caminaban juntos, sumergidos en un silencio cómodo mientras admiraban la belleza de aquel lugar. A lo largo de los últimos meses, su amistad había florecido como las flores que ahora los rodeaban, pero Beomgyu comenzaba a experimentar una creciente inquietud en su corazón.
El joven panadero, con sus ojos brillantes y sonrisa encantadora, había descubierto en Kai a un confidente, alguien en quien podía confiar plenamente. Sin embargo, lo que comenzó como una amistad sincera, se estaba transformando en algo más profundo y complejo. Cada vez que se veían, un nudo en la garganta se hacía presente; cada palabra que compartían parecía hundirse en su pecho como un ancla.
ㅡ¿Te sientes bien? ㅡLa voz suave y preocupada del rubio interrumpió los turbios pensamientos de Choi.
ㅡSí, solo un poco distraído. ㅡUna sonrisa forzada apareció en su rostro, en un vaso intento por hacer más creíble su mentira.
A Kai no le quedó más remedio que asentir ante sus palabras, aunque su mirada penetrante revelaba su escepticismo. Siempre había sido un ser perceptivo y sabía que algo inquietaba a su amigo, pero no se atrevía a indagar qué era. A fin de cuenta, él había estado ocultándole un gran secreto oscuro desde el día en que se conocieron, uno cuyo peso debía cargar a cuestas y que amenazaba con destruir todo lo que habían construido.
Caminaron en silencio por un tiempo, cada uno perdido en sus pensamientos. El menor observaba cómo las mariposas revoloteaban entre las flores, llevando consigo una sensación de ligereza y efímera belleza. Mientras tanto, el corazón del más alto se agitaba con la tristeza y el miedo de lo que estaba por venir.
El destino los había unido en un momento en el que la oscuridad de la guerra amenazaba con consumirlo todo. Para Choi, aquellos días que se hacían compañía eran como un refugio, un oasis en medio de la tormenta, pero Huening sabía que la calma no duraría para siempre.
De repente, Beomgyu tropezó con sus propios pies, perdiendo el equilibrio mientras su rostro palidecía. El aire se volvió más denso, como si el universo se hubiera detenido. Su amigo no dudó en correr hacia él, agarrando su brazo para evitar que impactase contra el suelo.
ㅡ¡Beomgyu! ¿Qué te sucede? ㅡUn pánico desbordando hacía presencia a través de cada palabra que Kai profería.
En ese momento, el menor se hallaba envuelto en una guerra contra sus pulmones para volver a respirar con normalidad. Todo su cuerpo había comenzado a temblar, mientras el mundo a su alrededor parecía perder su color. Era como si todas las flores del jardín botánico se hubieran marchitado al mismo tiempo, dejando a su paso un vacío desolador.
ㅡNo lo sé... Me siento débil ㅡsusurró con la voz entrecortadaㅡ. Me duele el pecho. No puedo respirar.
El miedo se apoderó del rubio. Su corazón latía con fuerza en lo que intentaba recobrar la calma para que su amigo no experimentase la misma emoción que él. No obstante, en lo más profundo de su ser, sabía qué estaba ocurriendo. Era el destino que se manifestaba de la forma más cruel de todas, recordándole que había llegado a la vida de aquel indefenso chico con un único propósito.
ㅡVoy a llamar a alguien. Todo estará bien, te lo prometo. ㅡLas lágrimas corrían por sus mejillas mientras hablaba. ㅡ¡Señora Han! ¡Alguien, por favor, ayuda! ¡Necesitamos a alguien!
Mientras esperaban la ayuda, los pensamientos se agolparon en la mente de Beomgyu. Recordó todas las palabras que su amigo le susurraba al oído durante los tardes que no había mucho trabajo en la cafetería, los momentos que compartieron a lo largo de esos cuatro meses, las risas y confidencias. Pero ahora, todo parecía desvanecerse en un instante.
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𝗪𝗘𝗟𝗖𝗢𝗠𝗘 𝗧𝗢 𝗡𝗘𝗩𝗘𝗥𝗟𝗔𝗡𝗗 ㅡ beomkai.
FanfictionEl brillo de una estrella en el firmamento, cuando el cielo se mura despejado y la luna carece de su característico resplandor, es la huella que deja en el universo antes de evaporarse. ㅡNo importa lo que suceda después, siempre estarás en mi corazó...