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—Joven Jereth, un gusto conocerlo.

—Si ahora en adelante vas a trabajar para mí, entonces puedes decirme Yejun.

—Todo un privilegio trabajar para usted. —Hizo reverencia.

El chico avanzó lentamente hacia los otros hombres que observaban cerca.

—Ming, usted se encargará de poner a la corriente al joven. —Le encargó y entregó una hoja.

—Como diga, joven Yejun.

Y el chico salió de la habitación, dejando a Ming con el nuevo chico.

—Han Suhong, eh.

—¿Han Suhong?. —Confirmó el nuevo.

—Escucha, aquí tenemos puntos. Primero que nada, aquí tendrás que tener un apodo o un nombre sustituto, —explicó Ming—, para proteger tu identidad, por ello, el joven Yejun recomendó que usted fuese llamado Suhong-dijo leyendo aquella hoja que se le fue entregada.

—De acuerdo, Ming.

—Como segundo punto. El hecho de que trabajes para alguien como Yejun, no significa que tenga que vivir en una pocilga junto a sus hombres, no.

Suhong no entendió por el repentino dato que le fue brindado, y aquello le intrigó mucho.

—Si te das cuenta, esta es una bonita mansión, y si te haz puesto a analizar, nosotros estamos aquí, —habló refiriéndose a los demás hombres vestidos de negros sentados relajadamente en los sillones—, es decir, el reconocido Jereth, es gentil con los que tiene confianza, es más, nos la pasamos la mayoría de tiempo aquí, es casi como una casa para todos nosotros.

—¿Entonces, viviré aquí?

—Si él lo permite, o en pocas palabras, si logras llegar a sus expectativas.

—¿Expectativas? —Suhong aún no entendía.

—Luego lo entenderás.

—¿Segura que no te causará problemas?

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—¿Segura que no te causará problemas?

—No, Taehyung. —La chica sonreía amable—. Yeontan es muy tranquilo, puedes ir a tu universidad.

—Gracias, Nayeon.

Sus clases volvían a empezar y no tenía con quien dejar a Yeontan, su mascota, mas su vecina de piso, Nayeon, siempre se ofrecía a cuidar a su perro, después de todo a ella le agradaba el animalito.

Su universidad no se hallaba tan lejos de su vivienda, pero era necesario ir en taxi. Al llegar estaba todo como lo recordó.

—¡Taehyung! —Volteó con curiosidad, era su amigo, Jimin.

—¡Jimin-ssi! me alegra verte de nuevo, después de mucho.

—A mí igual, Tae. —Dijo para después darse un abrazo.

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