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Desde la ceremonia por el trono, M'Baku sabía que consagrarse como el nuevo rey no sería fácil

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Desde la ceremonia por el trono, M'Baku sabía que consagrarse como el nuevo rey no sería fácil.

El consejo de ancianos, tan aferrados a las tradiciones como siempre, sería su mayor desafío. Miles de años, generación tras generación de monarcas pertenecían a la Tribu Dorada; la familia real siempre permaneció dentro de esta tribu y adorando a la Diosa Bast. Pero ahora los Jabari lideraban Wakanda y su líder quien se sentaba en el trono del rey. Una tribu que no hace mucho era considerada hostil y salvaje, no aceptando aquello que hacía poderosa a su nación.

Para cuando se percataron de la ausencia de Shuri por el trono se desató el combate, cada guerrero que podía enfrentarlo lo hizo. Sin embargo, M'Baku podía afirmar con orgullo que venció a todos ellos. Respetando las tradiciones dieron fin al combate, nadie más lo desafió. Nadie negaría su reclamo y victoria.

El nuevo monarca de Wakanda.

Ahora como rey pondría en marcha todas esas sugerencias que le fueron ignoradas, claro sin olvidar el apoyo y opinión del consejo.

Pero tampoco dejaría de lado el legado de su difunto antecesor; T'Challa demostró su valía como rey y protector desde su primer encuentro. Un rey que aprendió de los errores de antiguos reyes, incluyendo los suyos. Cambió las reglas que impedían un verdadero avance, aquí en Wakanda o fuera de esta. Jamás olvidaría el tiempo que convivieron juntos. Siempre honraría su memoria y protegerá todo lo que le era importante.

Por eso aceptó sin protestar la decisión de Shuri.

Gobernar nunca estuvo en los planes de esa niña, las catástrofes que ocurrieron con el tiempo no cambiaron ese hecho.

Shuri es Shuri.

Una niña que desdeña las tradiciones.

Un dolor de cabeza.

Una innovadora.

—Bien, haz lo que quieras, no te detendré —M'Baku permaneció en silencio ignorando a Shuri, se distraía a propósito con los artefactos del laboratorio. Por su parte, Shuri esperaba usar cada argumento que había preparado usar en su contra. No resultó como esperaba. Estaba insatisfecha con esta victoria y su rostro reflejaba sus dudas. —. Ambos sabemos que serías una reina terrible.

Eso le era suficiente, ambos rieron sabiendo que era verdad. Sin decirse mucho más se despidieron deseándole suerte al otro, sabiendo que no se verían por un tiempo.

Desde ese día se había mantenido descomunicado con ella, le dio su espacio. Unas vacaciones, se podría decir. Pero al cabo de tres meses no pudo seguir ignorando las quejas del consejo, ellos exigían que su protectora volviera a cumplir sus obligaciones. Desde que se estableció la paz entre los reinos se habían organizado contados intercambios, siempre en terreno neutral y con representantes de ambas partes. En el cual debía estar la Pantera Negra. Para empeorar, M'Baku no fue participe en ninguno hasta ahora, cosa que enojó y alteró a los ancianos.

Tan espesa como el agua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora