Es tan perfecto...
— Es tan lindo — dijo la rubia dejando escapar un suspiro al final de su oración.
— ¿En serio? — pregunto riendo su amiga que se encontraba al lado de ella.
La joven no dijo nada ante el comentario de ella y solo se dedicó a mirar al chico que estaba sentado a unos metros de ambas, la rubia nuevamente soltó otro suspiro captando la atención de su amiga.
— ¿Quieres dejar de verlo?, tienes cara de pendeja cada vez que lo miras — comentó con cierta molestia, tanto en su rostro como en su tono de voz se notaban.
— Perdón... — dijo en voz baja la chica un tanto desanimada.
— Es solo que... Cada vez que lo miro mi corazón late con tanta rapidez que siento que un día de estos se saldrá de mi pecho —
La chica pudo ver como el joven sonreía y hablaba animadamente con sus amigos, eso hizo que ella también sonriera al instante, feliz de verlo y escuchar esa risa, una risa que para los oidos de la rubia eran como una melodía que deseaba tanto escuchar y que si pudiera, la escucharía cada día de la semana con sus auriculares puestos y a todo volumen, sin duda sería su canción favorita.
— qué no te cansas de verlo? — pregunto con una notoria molestia su amiga
— Es que miralo! — expresó la rubia eufórica.
— Esa sonrisa, su rostro, su piel, su cabello negro que a simple vista se ve muy suave, sus ojos cafes, sus mejillas, su nariz... — hizo una pausa volviendo la vista al chico y suspiro de nuevo para volver a continuar.
— amo todo de él, amo su forma de ser, amo su simple existencia, cada día que pasa me enamoro más y más de él, no importa que haga o no haga, siempre lo voy a amar con toda mi alma—
La chica se recosto en su banca apoyándose con ambos brazos sin despegar la vista de él, muchos dirían que eso la hace una acosadora pero ella no lo ve así, al contrario, entre más lo mire más lo ama, quiere dedicarle todo su tiempo a él y solo a él si pudiera, estaría con él todo el tiempo y siempre le demostraría el amor que tiene hacía él.
— Tu si que estas enamorada, ¿eh? — comentó su amiga dando una pequeña risa al ver cómo su amiga miraba fijamente al chico.
— Estas loca — ella se levantó y se fue de ahí dejándola sola.
— Eres tan perfecto, mi amor — volvio a soltar otro suspiro, cerró sus ojos y los abrió para volver a verlo, esta vez él había fijado la mirada en ella y las miradas de ambos chocaron haciendo que sus labios se curvearan formando una sonrisa.