🍵CAPÍTULO ÚNICO🎸

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A veces la gente es tonta, ya sea por naturaleza o por enamorarse de personas que nunca estarán a su lado.

Hobbie era uno de esos tontos.

Primero se fijó en los ojos bonitos de su amiga rubia, Gwen, de quien desde en un principio estuvo enterado sobre su flechazo con el sin chiste de Miles.

Él era más cool. Además, Miles parecía republicano y seguramente apoyaba al gobierno con sus estúpidas leyes de reforma que nada más eran una cortina de humo para su avaricia.

¿Qué? ¿Demasiado para decir? Hobbie Brown no se oprime, la anarquía no deja que otros la opriman.

Era momento de rendirse, es tonto admitir que te gustaba alguien y que nunca hiciste nada al respecto, pero meh, como dice el jefecito Miguel: Son eventos canónicos.

—Hey, Tierra llamando a Hobie.

El nombrado sonrió levemente mientras volvía a la realidad. Esa introducción había sido más breve de lo que practico.

—Pav, ¿qué es eso en tu traje? —Tomó el pin con el nombre de un partido político y sintió su pecho estrellarse—. Dime que es mentira, amigo, tú eras diferente a las ratas del mundo.

—Me dieron algo de dinero por decir algunas mentiras frente a televisión y ponerme esto. Estaba por quitármelo.

—¿Lo haces por dinero? Te desconozco, hermano. —Arrojó el pin por la borda de aquel edificio y se limpió las manos con desagrado—. Bueno, asunto arreglado.

—Eres todo un caso. Ven, levántate. —Le extendió una mano—. Tomemos algo de chai y podrás saludar a la tía Maya.

—¿No veníamos a colgar de los pies a militares de la calle?

—Será después.

Pavitr cubrió su cara y se lanzó por el precipicio con una extraña emoción; sólo entonces el punketo lo siguió.

Hobie creía que el romance cliché que todo el mundo esperaba tener era una tontería. También lo era enamorarse ciegamente de alguien hasta llegar al punto de hacerte daño a ti mismo.

Quizá seguiría mostrándole el dedo de en medio a Cupido si no hubiera caído junto a Pavitr.

Quizá sólo esperaba una que otra señal para aceptar su inquietante atención hacia el carismático indio.

Como la gente decente, se colaron por la ventana a la casa, ya sin máscaras de por medio y con el indio en ropas más casuales.

Hobie mantenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, el lugar estaba en silencio y le estaba comenzando a causar incomodidad.

Y sin que se diera cuenta, Pavitr ya lo había obligado a sentarse sobre una silla en la mesa grande previamente acomodada con platos limpios sobre ella.

—¿Vamos a tener una cena amistosa? —Jugó el punketo.

—¿Te gustaría? Bueno, hoy no, pero si insistes, quizá en otra ocasión.

—¡Feliz cumpleaños!

El guitarrista omitió el sonido de sorpresa que pudo haberse escapado de sus labios. Ahora no estaban sólo ellos dos, sino también Gwen, Miles y claramente la tía Maya.

—Podrás ser muy anarquista y todo, pero no deberías olvidar fechas tan importantes como estas.

En un segundo, una tarta fue puesta frente el lugar de Hobie, quien todavía se notaba incrédulo.

No era la primera vez que le celebraban un cumpleaños, claro, Pavitr lo recordaba desde el día en que se enteró del trágico día de su nacimiento (un año atrás); sin embargo, sería la primera vez que lo celebrarían todos. Toda la banda.

𝐒𝐄Ñ𝐀𝐋𝐄𝐒 (𝐂𝐡𝐚𝐢𝐏𝐮𝐧𝐤)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora