Ya habían pasado tres meses, se dice pronto, pero sí, tres meses de una de las mejores fiestas que recuerdo.
Lo que no fue hace tanto, más bien ha sido esta mañana, la última vez que hablé con Alex, sí ese chico que me tiró aquella pegatina que venía en las pipas y que, aún, tengo guardada.
Lo cierto, es que hablamos diariamente, desde el día en que nos conocimos, no sé cómo, aunque lo supongo, que fue Claudia quien le dio mi número ese día.
No sé si alguna vez os ha pasado, tener esa sensación de querer contarle tu día a alguien y, si algún día no lo haces, parece que os falta algo, como que el día no ha sido completo.
Era jueves por la noche, ya estaba en la cama y, como siempre estaba hablando por mensajes con Alex.
Alex: ¿Entonces mañana vas a salir?
Yo: No sé, pero no creo.
Alex: Pero si estamos de vacaciones.
Yo: Además, para que estés como el último día que te vi en la discoteca...
Alex: ¿Y cómo estuve ese día?
Yo: Pues como si te hubiesen dado una paliza.
Alex: La verdad es que si que estaba cansado. Pero, de todas formas, ¿Qué hubieras querido que hiciera?
Yo: Hablar por lo menos.
Alex: Si hablamos, poco pero hablamos.
Yo: No teníamos tema de conversación.
Alex: Pues ve pensando uno para mañana.
Yo: Te he dicho antes que no iba a salir, mi padre no me deja, ya he salido mucho esta semana.
Alex: Buuuuuuuu
Alex: Venga que tienes que salir.
Alex: Porfa fea sal y así nos vemos un ratito.
Alex: Venga que yo pienso temas de conversación para mañana.
Me encantaba ver a Alex mandando mensajes para intentar convencerme, pero no me daba cuenta de que en el segundo ya me tenía más que convencida.
Yo: No lo sé Alex, mañana te digo.
Yo: Me voy a dormir, mañana hablamos.
Alex: Buenas noches fea!
ESTÁS LEYENDO
Conmigo antes que con nadie
RomanceEsta es la historia, real o ficticia, de una joven cualquiera, en un pequeño lugar de este mundo tan imperfecto que nos mantiene con vida. El título, aunque ya tiene uno, es lo menos importante ahora, cuando esta historia concluya, encontrarás el...