Capitulo 16
Sirius llego a la vacía biblioteca, ya que nadie más que él acostumbraba a estudiar en las madrugadas, acomodo sus cosas y dejo el paquete de dulces que compro a un chico de Revenclaw, del cual no recordaba su nombre, frente a él, lo observo, calculando el tamaño, cantidad y calidad de los dulces que sabia estaban dentro...seguía creyendo que el chico lo estafo. Si bien, eran de buena calidad y bastantes, el precio había sido exacerbado, lo supo desde el momento que le fue ofrecido.
No obstante, Sirius lo compro, ya que tenia a Remus maldiciéndolo cada vez que recordaba que se comió sus chocolates y el paquete de dulces venia con un par de ellos, Sirius lo compro y amortiguo el descontento de su amigo con ellos.
Por otro lado, tenía pensado otro destinatario para los dulces restantes. En el pasado, los hubiera disfrutado con James, pero su amigo no era su elección en esa oportunidad. Si lo era cierto Slytherin, que seguramente tendría una madrugada con el estomago vacio, por perder la cena por culpa de Sirius.
En su defensa, Sirius no había estado calculando el tiempo que llevaban besándose en aquel pasadizo y no era el único involucrado, el mismo Severus pudo pedir que se detuvieran una vez más...quizás Sirius lo hacía si el chico lo repetía por quinta o sexta vez, ya que recordaba negarse al menos las primeras tres. Seguía sin ser del todo su responsabilidad, ya que era culpa de Severus que no haya podido tener un beso en cinco días, ni el mismo Sirius era consciente de cuando extrañaba y necesitaba besarlo. Al parecer, sus amigos tenían razón al decirle que estaba de mal humor, ya que aquella mañana, después de besar a Severus la noche anterior hasta que sus labios quedaron hinchados y tan cansados como su lengua, se sentía extrañamente feliz y relajado. También, estaba el hecho de que, por menos culpa que tuviera, había intentado buscar una solución al hambre y esa eran los dulces evaluados en cuestión, eran bastantes y ¿a quién no le gustaría desayunar con dulces en la madrugada mientras estudiaban?
Al fin de cuentas, Sirius, debía confesar que no se arrepentía de haberse perdido la cena y postre de la noche anterior, debido a que fue mucho más valioso y delicioso besar a Severus en aquel pasadizo, apretujando contra aquella pared húmeda, rodeados de telarañas, que cualquier banquete. Aun más lo disfruto, cuando Severus tomó el control de beso, subió sus manos de las caderas de Sirius hasta el cuello, arrastrándolas fuertemente presionadas contra el pecho de Sirius y sujetándolo con fuerza hizo un paso hacia adelante, dejando a Sirius contra la pared y dominando la batalla entre sus lenguas.
Si bien, Sirius podría haber revertido aquello en medio segundo, se dejo hacer por el chico, ya que inusual que Severus perdiera el control y compostura, le fascinaba cada vez que lo hacía, porque le demostraba que debajo de aquella mascara de serpiente tranquila, calculadora e inteligente, también había un mago de sangre caliente, que se dejaba guiar por impulsos de deseos y ansiedad.
Extrañamente, su sesión de besos, había finalizado en un abrazo, ambos con respiraciones tan agitadas como los latidos en sus pechos, sonrojados y acalorados, pero sin importarles eso cuando mantuvieron sus cuerpos juntos, con el rostro de Sirius escondido en el lateral del cuello de Severus y este acorralándolo con sus brazos y las manos apoyadas en la pared, buscando sostén, ya que Sirius era consciente que sus brazos rodeándole el torso lo tiraban hacia abajo, ya que sus rodillas franqueaban sin poder sostenerlo, el deseo corría y cosquilleaba en su cuerpo, dejándolo débil.
Y es que, ningún otro beso que había tenido en el pasado se comparaba con los de Severus, ya sea con chicas o chicos, Severus tenía un fuego ardiendo en su interior que escapaba por su boca durante sus sesiones de besos y aquella, en aquel mugroso pasadizo, había sido la más caliente e intima que habían compartido, mucho más que los pocos encuentro sexuales que Sirius había vivido, si así se le podía llamar al manoseo con una chica, masturbación mutua con un chico y recibir un oral de otra chica, que ni siquiera lo llevo a terminar. Si, Sirius podía verse por fuera confiado, relajado y con una larga lista de experiencia, pero la verdad era que tan solo tenía un pequeño puñado de realidad, mucha fachada y palabrería cubriendo su inexperiencia.
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Detrás de lo que veía
Fiksi PenggemarLa ultima idea de James Potter, para atraer la atención de Lily, entre otras cosas, es no molestar a Severus Snape. Por lo tanto, pide a su mejor amigo, Sirius Black, que prometa no hacerlo, así él tampoco estaría tentado. Sin embargo, Sirius no tie...