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Solo quedaban dos días más para que Hao salga de su miseria, sin embargo, sentía la necesidad carnal de juguetear con sus compañeros de casa.

Hanbin estaba pasando tiempo con Ahreum, por lo que Jiwoong se convirtió en la opción predeterminada. Hao se sentía particularmente juguetón, tal vez sea porque noviembre finalmente estaba llegando a su fin. Se había despertado decidido.

Jiwoong se había ido al gimnasio hace un rato. Hao comprobó la hora y determinó que era suficiente para que lo haga. Su nuevo plan era más sencillo; probablemente el truco más antiguo del libro.

Hao sacó la elegante caja negra del cajón inferior de su cómoda que contenía todos sus preciados juguetes sexuales, en su mayoría regalados por Hanbin.

Su última elección era un vibrador de huevo. Había un pequeño control remoto que se usaba para controlar su intensidad con un cable corto. A Jiwoong le gustaba usar este vibrador específico, ya que siempre se volvía loco a pesar de su pequeño tamaño.

Hao se va a la habitación de Jiwoong y se quitó toda su ropa antes de subir a la cama bien hecha. Se tomó un momento para mirar a su alrededor un poco.

Algunas cosas han cambiado aquí y allá desde la última vez que estuvo ahí. La mayor parte del sexo sucedía en la habitación de Hanbin, ya que a Hanbin nunca le había gustado mucho cuando el sexo sucedía en la habitación de Jiwoong. Y en la habitación de Hao, sacaba a Jiwoong tan pronto como llegara.

Hao se metió en los cajones de la mesita de noche de Jiwoong en busca de lubricante. Miró un rollo de cinta adhesiva médica y también la sacó.

Sostuvo su polla suave en la mano y el vibrador en la otra. La cinta que había pescado antes la usó para mantener el vibrador presionado contra la cabeza de su polla.

Jadeó y dejó salir un estremecimiento de cuerpo completo mientras el pequeño dispositivo ruge a la vida. Se frotó los muslos mientras se acostumbraba a la sensación. Había pasado un tiempo desde su última follada (veintiocho días en específico).

Pasaban unos minutos y los únicos sonidos que llenaban la habitación eran los gemidos silenciosos de Hao junto con el suave ruido de vibración.

Tomó el lubricante que había tirado en algún lugar de la cama y se acostó sobre su espalda. El lubricante se sentía frío contra sus dedos, no se había preparado durante un tiempo, siempre dejaba que Hanbin o Jiwoong hagan los honores.

Tocarse a sí mismo no se sentía tan bien como antes. Sung Hanbin era un bastardo por arruinar Hao así. Le llevó un tiempo hasta que encontró su ligar especial. Una ligera curva de sus dedos era lo que hacía el trabajo perfectamente.

Hao estaba tan perdido de placer que apenas escuchó la apertura de la puerta principal y los pasos que se acercaban. Su cabeza fue arrojada contra la almohada de Jiwoong y su boca se abría por todos los ruidos que salían de sus labios.

- Hao.

Casi salta por la voz. Miró hacia arriba a la puerta que había dejado entreabierta a propósito, y encontró a Jiwoong de pie. Su mandíbula estaba apretada y sus manos cerraban en puños a sus lados. Sus ojos deambulan por todo el cuerpo expuesto de Hao.

- Unghh hyung. -Hao se quejó innecesiamente.- Por favor, follame mgnh.

Las fosas nasales de Jiwoong se encendieron cuando se acercó a la cama y se sentó en el borde de ella. Apretó el control remoto del vibrador y giró la perilla lentamente, aumentando su intensidad.

Hao arqueó la espalda en la cama y casi sollozaba. Jiwoong suspiró mientras se inclinaba para presionar un beso contra la esquina de los labios de Hao, quien sacudía la cabeza débilmente.

Abstinence | haobin // woonghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora