𝒕𝒘𝒐 ; 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒈𝒊𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈

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7𝒕𝒉, November 1964







En aquel lugar me encontraba, junto a mi hermano, mi madre y mi padre.

Unos nuevos residentes se han mudado en las proximidades de nuestra vivienda y nos han extendido una invitación para cenar.

Me resulta desafortunado tener que relacionarme con personas que no despiertan mi interés. ¿Por qué debería hacerlo?

No obstante, es mejor que me prepare para el encuentro.

Una vez finalizada la cena, nos encontrábamos en el hogar de los recién llegados.

─Buenas noches, somos los Wright, los vecinos de al lado.

─buenas noches, nosotros somos los DeLarge, sus nuevos vecinos.

Accedimos a la hermosa morada de los DeLarge.

─¡Lavender! ¡Ven a cenar!

Tomé asiento en la mesa y, en medio de la cena, fijé mi mirada hacia adelante y noté la presencia de un joven.

Tenía cabello rubio, ojos azules penetrantes y una sonrisa encantadora.

No dejaba de observarme, lo cual me ponía nerviosa, por lo que no me atreví a mirarlo.

Durante la cena, comenzó a sonar la música de Beethoven , uno de mis artistas favoritos de todos los tiempos.

Una vez finalizada la cena, mi madre me pidió que conversara con los DeLarge mientras ella se quedaba hablando con sus padres.

Decidí explorar la casa y, mientras caminaba por un pasillo, me encontré nuevamente con el mismo chico que me había observado durante toda la cena.

Estuve a punto de alejarme apresuradamente, pero él me agarró el brazo con fuerza, lo cual me causó dolor.

─Duele, ¡idiota! ─exclamé.

No acostumbro insultar a personas que acabo de conocer, pero este individuo me lastimó.

─Oh, apenas nos conocemos y ya me tratas así, Joroschó ─respondió.

─He notado que te gustaba la música, en especial Ludwing. ¿Te gusta? ─me preguntó.

─En primer lugar, muerete.

─respondí─. En segundo lugar, sí, escucho a Ludwig Van.

─Mira, encantadora, seré directo. Tengo un grupo de amigos y me gustaría que formaras parte de él ─expresó.

─Escucha, idiota, ¿me estás diciendo que me agarraste el brazo para luego proponerme ser parte de tu grupo.─En primer lugar, ni siquiera sé tu nombre ─replicó.

─Alexander DeLarge, ¿y tú, devotkcha? ─me preguntó.

─Lavender, Lavender Wright ─respondí.

Y así comenzó una amistad con Alex DeLarge.

Inicialmente, lo veía como otro idiota más.

Sin embargo, Alex poseía algo verdaderamente especial.









𝐔𝐋𝐓𝐑𝐀𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 , 𝖼𝗅𝗈𝖼𝗄𝗐𝗈𝗋𝗄 𝗈𝗋𝖺𝗇𝗀𝖾. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora