0 𝙄 𝙇𝙖 𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖 𝙃𝙪𝙚𝙣𝙞𝙣𝙜

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Peep-Peep-Peeep

El molesto sonido de la alarma digital saco repentinamente de la nube de los sueños a una pequeña rubia acostada en su acolchada cama.

¡Peep-peep-peep!

-¡Levántate Hiyyih!, ¡No puedes llegar tarde en tu primer día, princesa! - Disgustada, la rubia bufó quitando un mechón rubio de su revuelto cabello que caía sobre su rostro al escuchar la voz ahogada de su padre. Nabil tenía razón.

Era su primer día de clases después de las largas vacaciones de verano.

Su primer día en su último año de secundaria y todo debía ser perfecto.

Otra oportunidad de brillar empezaba al fin.

Con una sensación optimista llenando todo su cuerpo, Hiyyih estiró su mano para apagar el molesto pitido de la alarma cuando se congeló.

5:00 AM.

- Imposible.

Un jadeo de incredulidad salió de sus labios, frunciendo el ceño, Bahiyyih se levantó con rapidez de su cama, pataleando las sábanas fuera de su cuerpo las cuales se enredaron en sus pies haciendo que casi se estrellara de cara contra el frío suelo de su habitación.

Conteniendo un escalofrío al sentir sus pies tocando el suelo, la rubia prácticamente corrió hasta la ventana, sosteniendo las gruesas cortinas en sus manos abriendolas de un tirón.

Oscuro.

El cielo estaba totalmente pintado de un tono de azul cerúleo profundo, solo un pequeño resplandor cálido brillaba más haya del horizonte de Seúl, confirmado lo que ya se temía.

Maldiciendo por lo bajo, Hiyyih cerró de golpe las cortinas con la misma fuerza y frustración con la que las había abierto. Su alarma había sonado casi dos horas antes de la que la había programado, lo cual podía asegurar que era obra de sus crueles padres.

Las vacaciones de verano habían sido un total paraíso luego del tormento de los exámenes finales, sus padres se habían ido a casa de su tía lejana por unas semanas, lo cual provocó que dos adolescentes y una casi adulta hicieran de las suyas.

Y no, no fue por lo que piensan; no hubo fiestas grandes ni cervezas por montones ni adolescentes borrachos en la piscina de la casa familiar de los Huening.

Más bien los únicos gritos que se escuchaban en la gran casa eran de los tres hermanos, y no exactamente de felicidad, sino por el conflicto de la más mínima cosa.

- ¡Kai, sé que fuiste tú!

- ¡Lea, escúchate!, ¡¿Por qué querría yo tu delineador!?

- ¡Oh!, ¡¿Quizá para tus disfraces de nerd!?

- ¡Son cosplays!

- ¡¿Quién dejo la jarra de agua vacía en la nevera!?, ¡La llené justo está mañana!

- ¡Kai suelta mi teléfono!

- ¡Ni sabía que era tuyo!

- ¡Lea se derritió el plato de mamá en el microondas!

- ¿¡Porque mierda hay una cabra en el patio!?

- ¡Lea la ducha está en llamas!

Debido al aquellos acontecimientos, la hermana mayor convocó a una reunión de emergencia en donde con resignación los tres hermanos establecieron un pequeño tratado de paz y reglas solo hasta que sus padres volvieran, para su sorpresa cada uno logro mantener aquel acuerdo intacto hasta aquel momento.

The Princess | [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora