𝙎𝙪𝙧𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧 🕹️𝙈𝙞𝙢𝙞𝙣 𝙭 𝙔𝙪𝙮𝙚𝙤𝙣 🕹️

Capítulo 2 🕹️

La semana pasó más rápido de lo que imaginaban, Miyeon tuvo que  realizar alguna que otra colaboración con marcas de ropa mientras que  Soyeon seguía perfeccionando sus composiciones. Minnie y Yuqi preferían  pasar sus horas de luz durmiendo o improvisando con la última  adquisición de la china (una bonita Epiphone Les Paul Standard ,  color roja), siempre y cuando la noche de antes no hubiesen estado  madrugando en algunos de esos clandestinos pubs, discotecas donde sólo  entraba gente V.I.P del mundillo que no comunicaría a ninguna redactora  lo que ocurrían entre esas paredes.

Las dos extranjeras solían ir a  estos sitios juntas, eran un dúo dinámico que se complementaba a la  perfección de manera táctica y eficaz. Mientras una asentaba el terreno y  encandilaba a la presa concediéndole comodidad y confianza, la  otra chica atacaba, como un puma a un pobre cervatillo o como un águila a  un pequeño roedor a kilómetros. Ambas tenían buen sentido para las  presas, y las compartían de igual forma, pues tenían un contrato mental,  " o con ambas o con ninguna" y obviamente nunca se les resistía ningún  objetivo.

            El lunes llegó y con ello la mañana en la  que saldría el vuelo de Seúl a las islas Jeju. De las maletas se encargó  el chófer de la compañía, mientras que Yuqi y Minnie se  hacían fotos recíprocamente, Soyeon y Miyeon agrupaban los pasaportes y  demás documentación.

            El vuelo fue de lo más normal  salvo por las enumeradas veces que Minnie se había quedado dormida sobre  el pecho de Miyeon, y que poco a poco su cabeza bajaba a lo largo del  mismo hasta quedar reposando sobre sus piernas, así como un patrón.  Soyeon por su parte escribía indefinido número de pentagramas en los  cuáles depositaba notas que luego hacía sonar con una aplicación que  tenía descargada en su teléfono, mientras Yuqi a su lado miraba muy  concentrada una película protagonizada por Lady Gaga y Bradley Cooper.

-         Chicas, por aquí- dijo el mánager del grupo una vez el avión ya  había aterrizado. Minnie despertó de su pequeño sueño de una hora y  junto a las demás recorrió el aeropuerto de la isla.

Las chicas  pasaron desapercibido gracias a las capuchas y  gafas de sol que traían  consigo, además de que quizás por ser sábado y día no laboral, el tráfico no  estaba para nada concurrido, por lo que la Ssangyong Rodius llegó antes  de lo esperado al destino.

La casa al lado de la playa era  increíble, cosa que se mostró en el rostro la tailandesa al abrir la  puerta con las llaves amaderadas del logo de G-i(dle). Toda una  moqueta gris recorría el largo pasillo de la entrada, de paredes en  colores de los mismos tonos fríos pero elegantes.

-        No  entiendo cómo una casa al lado del mar no tiene las paredes azules, le  quita toda la gracia- dijo Yuqi observando la sala en la que se  encontraban.

-        Bueno, pues por la misma razón por la que tú  tienes la voz grave pese a lucir tan diminuta- añadió Soyeon mientras  quitaba sus gafas de sol para mirar más claramente la cara de sorpresa  de su compañera.

-        Esta te la devuelvo Jeon Soyeon, yo no  soy una niña pequeña- rió con codicia- ahora me vas a hacer que busque  razones para demostrarte lo contrario pues, qué trabajo me das...

Mientras  Yuqi y Soyeon peleaban por escoger la habitación con la cama más  grande, Minnie y Miyeon deshacían sus maletas de manera compenetrada,  siendo esta última la que más ropa cargaba en su maleta.

             La coreana intentó mirar numerosas veces hacía la maleta de Minnie,  le extrañaba la poca cantidad de ropa que traía consigo, sin embargo,  pesaba como una normal. En una de las veces, pudo observar cómo en el  fondo de aquella maleta reposaba una caja negra con un candado, a la par  que otras varias bolsas con lo que  juzgando por la forma parecían ser  botes de champú y esencias para el cabello. Un instante después el  teléfono del departamento sonó haciendo silencio en la sala.