Capítulo 9

967 107 23
                                    

Minho rueda nuevamente en la cama. Jisung le había dicho que podía dormir en el cuarto de sus padres, aceptó sin problema. El único inconveniente es que el insomnio ya hacía parte de él y la lluvia de fondo tampoco ayudaba de mucho.

Trato de cerrar sus ojos para poder dormir así sea un poco, el dormir en una casa ajena no era de su preferencia, pero gracias a su estupidez y su mala memoria le tocó está vez hacerlo. No tenía más opción.

Sin embargo mentiría si dijera que se sentía incómodo, al contrario, se sentía bastante bien.

-¿Puedo dormir contigo? - una voz temblorosa suena desde la puerta en la habitación. Su mirada se dirige a un Jisung asustado apretando la sabana entre sus manos.

-¿Por que? - se atreve a preguntar, riendose del estado contrario y de la ternura que le genera.

Jisung se ve incómodo, prefiere no contestar. Minho asiente sin problema, teniendo en menos de un minuto al peliazul a un lado suyo apenas el trueno resuena en sus oídos.

Varios minutos permanecieron en silencio, Han solamente escondiéndose bajo las sábanas apenas un trueno aparecía, Minho riéndose y el insomnio siendo parte de ambos chicos que no tenían nada más bueno que hacer.

-¿Y si jugamos uno? - propone Jisung, en medio del silencio incómodo para él, sin mirar a Minho en lo absoluto.

-Vale.

[🪷]

-¡Uno! - grita con orgullo Minho con una única carta en sus manos.

-¡Eso no se vale! - reprocha Han, terminando de tragar las papitas que ya hacían en su boca.

Jisung teniendo su última esperanza para poder ganar mira a Minho con burla, tomando la carta que le ayudará a obtener la victoria entre su manos sin que el pelinaranja logre verla.

Minho estaba convencido de que aquella partida sería suya, hasta que el peliazul posiciona sobre su anterior carta un +4, dejando caer su mandíbula de impresión y casi de inmediato un puchero formarse en sus labios al ver que estaba perdido.

-¡Come cuatro, tonto! - recalca Han con una sonrisa satisfactoria en su rostro.

La última hora entre insultos, indignación, victoria, diversión y burla fueron pasando demasiado rápido. Siendo casi las doce de la noche aún no podían dormir.

Sentados en el sofá veían una película, sin nada más que poder hacer ya se habían acabado la mayoría de comida que Jisug tenía, los juegos de mesa para ambos le eran aburridos, solo era su única opción.

Manteniendo la distancia ambos observan concentrados en la trama de la película, Jisung por su parte se sentía identificado totalmente con uno de los protagonistas.

Aquella pobre chica que tanto ruega internamente por el amor del chico le conmueve, la manera en la que pide pero no sé atreve a algo realmente. Se siente tonto.

-¿Estás llorando? - pregunta Minho, acercándose peligrosamente a su rostro para verificar en la oscuridad de la sala las gotitas de lágrimas bajar por sus mejillas.

Con la manga de su camisón Jisung limpia todo ese rastro de tristeza que se deslizaba por sus mejillas, sin saber porque los brazos ajenos envuelven su pequeño cuerpo de imprevisto, abriendo sus ojos ante tal cosa.

No lo vio venir, sin embargo le abraza de igual manera, quizás el abrazo para el pelinaraja no significaba nada, para él, si y mucho. Su corazón late con rapidez y una sonrisa involuntaria aparece en su rostro de inmediato.

-Gracias.

-No es nada - dice Lee sin separarse. Al contrario, pide quedarse ahí por la calidez que siente en ese momento, algo tan bonito y tan extraño.

Minho separa su rostro del cuello ajeno, observando la bonitas mejillas de Han, tan hermosas podía decir. Aquellos ojos pequeños llenos de un brill indescriptible, bajando hasta sus labios. Esos mismos que probó la noche de ese sábado, extrañamente con ganas de más.

-¿Puedo? - pregunta antes de hacer una estupidez, realmente tiene curiosidad de saber si sentiría lo mismo que aquella vez.

-¿Puedes que? - Jisung no entiende más bien no quería hacerlo, fingía ser inocente a lo que fuera hacer el pelinegro.

-Esto.

Dijo Minho antes de cortar los pocos centímetros que los separaban, juntando sus labios sin moverlos.

Siendo Minho tomando la iniciativa para comenzar un ritmo lento, Jisung en shock tratando de seguirle de manera torpe. Las manos de Han apretando la camiseta del más alto y las mariposas en su estómago revolotear sin control.

En cambio Minho sentía algo que realmente le gustaba, no entiende como, pero solo quería perderse en esos labios adictivos hasta quedarse sin aire.

-Creo que si soy gay - habla Minho apenas se separan, con el sentimiento extraño dentro suyo que con las chicas ya no sentía.

Siete Minutos En El Paraíso ✧ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora