Just Like An Angel

~2~

Día siguiente, Selever se encontraba viendo la televisión escuchando noticias de lo más estúpidas a horrorozas. ¿En serio el canon era tan malo? Pensó, algo perdido en sus pensamientos

Él venía de un universo distinto, uno donde solo era su familia y él, nadie más que visitantes o raritos como los que se topó hace días. Mientras en su televisor solo proyectaban algo de estática (si había suerte), aquí solo había noticias desgarradoras de muertes y accidentes, o pendejadas como ver a un pug idiota comiendo algo.

Que simples.

Repentinamente sintió una manita en su hombro, empujandolo levemente

—"Quién eres?"— preguntó curiosa una chica de cabellos azules ya un poco desteñidos, mostrando sus raíces rubias. Lindo color.

—"Tu madre me encargo cuidar de ti. Ayer te dio un ataque de pánico, te desmayaste o algo así, no soy un puto médico para saber qué mierda tenés— dijo de forma cortante, cambiando el canal de noticias a una novela de romance exagerada con los actores que estaba seguro había visto ya en unas 3 novelas.

—"Ah, eres Sebastián?"— atinó a preguntar lo menos dormida que pudo, intentando recordar el peculiar nombre del chico que estaba ayer en esa iglesia con la pareja

—"Sebas- qué.— volteó la mirada para ver directamente a los ojos cristalinos de la chica. Era claro que apenas había despertado y fue muy en contra de su voluntad, eso o quizás fue su voluntad en contra ella

—"Santiago... Tengo hambre"— con sus manos limpio sus ojos, ya estaba viendo borroso a la mancha blanca qué se movía en el sofá de su madre.

—"Me volviste a cambiar el nombre estúpida, y no soy tu niñero para estar haciéndote de comer, ahí está la maldita estufa y el refrigerador"— apuntó con su dedo a la cocina qué estaba literalmente a 5 pasos de donde el estaba. Era un apartamento  pequeño.

—"Te voy a sacar de la casa, Samuel"— la joven con una gran fuerza tomó del cabello al peliblanco y sin esfuerzo alguno lo sacó del sofá

—"Ya, ya! Te voy a hacer de comer, pero deja mi hermoso cabello! Maldita perra salvaje"— El chico se levantó como pudo, notando mechones de cabello en la mano de la joven frente a él. Maldijo internamente la fuerza que la mocosa tenía en esas pequeñas manos.

—"Deja el drama. Tengo hambre, hazme de comer."— dijo ya irritada, buscando a cualquier idiota para que le preparará la comida, y, afortunadamente ya había encontrado al idiota que tanto buscaba.

Fue ahí cuando el chico decidió caminar a la estufa y encender la llave del gas.

Luego de eso, fue hacia el almacén y tomo lo que se le dio la gana, una lata de duraznos, harina, mantequilla, tocino y... Azúcar? Para qué diablos necesita todo eso?

Sky ni siquiera lo había notado, solo se fue a reemplazar el lugar de su compañero en el sofá y puso YouTube, buscando algún video entretenido. Time to Twice sonaba interesante, ella era una gran fan (en secreto, pues sería algo muy penoso que los de su preparatoria/bachillerato lo descubrieran)

—"Tu mamá no tiene un libro de recetas o así? Ya tengo todos los ingredientes para el desayuno, pero no se cómo hacerlo..."— Él se mantenía observando de manera cuidadosa los materiales

—"Casi no comemos aquí, la mayoría de tiempo estamos fuera y mi mamá cocina. No tengo idea, busca algo en Internet"— Sky se mantuvo con la vista fija en la pantalla. Ya estaba acostumbrada a ver los episodios de Time to Twice subtitulados y despegar la mirada por un momento sería perderse demasiado.