¡NO ME DIGAS TU NOMBRE!

CAPITULO DOS: PRIMER ENCUENTRO 🔞

04-05-2023

A las afueras de un edificio

¡DIOS! ¿Cómo me pude perder? ¿Cómo? No puedo encontrar el edificio que me dijo A-Sang. Lo llamaré. ¡Diablos, no tengo batería! Caminaré un poco, para ver si doy con la dirección.

(Es detenido por una voz grave, pero dulce)

 - ¡Hola! ¿estás perdido?

 - ¡Hola! Si, lo estoy ¿Me ayudarías?

 - Y si, mejor te invito a mi departamento. ¿Quieres ir conmigo?

 - ¡Vamos!

Primer encuentro

(El Pent-house de Lan Zhan, se encontraba muy cerca)

Mientras caminaban, Wei Ying pensaba en cómo sacar plática, pero estaba atónito, con el andar tan majestuoso y sereno de Lan Zhan, viéndolo de reojo y enmudecido por esa estampa varonil. Por otro lado, Lan Zhan, que mantenía su andar seguro y sereno, también veía a Wei Ying de reojo, sin demostrar sus verdaderas intenciones. Al llegar al edificio, Lan Zhan mostrando su caballerosidad, abrió la puerta a Wei Ying y lo condujo hacia los ascensores. Al presionar el botón, Wei Ying, vio su mano, esa mano grande, delgada y con dedos largos, que le hicieron sentir una sensación nueva correr por su cuerpo. En ese momento, deseaba sentir el toque de Lan Zhan.

Al entrar en el ascensor, cruzaron miradas por primera vez. Wei Ying, cayó inmediatamente ante los ojos dorados de Lan Zhan, sumergido en esa mirada intensa, profunda y llena de lujuria. Se sintió desnudo y lleno de deseos, tan solo por ese breve tiempo que pasaron en el ascensor. Se excitó de tal manera, que estaba dispuesto a todo, cuando entraran al pent-house. Lan Zhan, estaba absorto ante la belleza de Wei Ying y no podía dejar de mirarlo e imaginarse todo lo que haría con él, a tal punto, que su erección era notoria en su pantalón, algo en lo que Wei Ying aún no daba cuenta, ya que seguía perdido en la mirada de Lan Zhan.

Al llegar al piso, las puertas del ascensor se abrieron y Wei Ying, salió caminando de la forma más suave y sexy que pudo, quería provocar a Lan Zhan, sin saber que, Lan Zhan, ya estaba totalmente prendado de él.

Apenas al entrar en el pent-house y casi sin haber cerrado la puerta, Lan Zhan, tomó a Wei Ying contra su cuerpo, puso su rostro frente al de él, esperando una respuesta silenciosa. La respiración de ambos estaba agitada. Wei Ying sin pensarlo dos veces, besó los labios de Lan Zhan, y este mismo respondió de la misma manera, en un desenfreno de lenguas en sus bocas. Lan Zhan con una mano en la pequeña cintura de Wei Ying y la otra en su trasero, apretándolo y deseándolo. Aumentando aún más su erección. De esto se dio cuenta Wei Ying, y una de sus manos comenzó a recorrer aquel bulto, duro, grueso y palpitante, que estaba oculto en aquel pantalón. Al sentirlo, el pene de Wei Ying, también se erecto y su canal vaginal que ya estaba lubricado desde hace un rato, dejó salir cada vez más fluido, tanto que atravesó su pantalón. De esto, Lan Zhan, se dio cuenta y con un movimiento de su mano, bajó por entre las nalgas de Wei Ying, hasta tenerla entre sus piernas, casi levantando su cuerpo de esta manera. Frotó todo lo que ahí sentía, desde su pene erecto, hasta su canal vaginal húmedo. Wei Ying se encontraba en absoluto éxtasis, pero no quitaba sus manos del miembro de Lan Zhan, que crecía aún más. Sus labios continuaban pegados y sus lenguas entrelazadas. Pero Lan Zhan, detuvo ese beso por un momento, solo para sacar la mano de entre las piernas de Wei Ying. Levantándola hacia su rostro, notó como sus dedos estaban húmedos, Lan Zhan, luego de oler sus dedos, los metió en su boca, para sentir el sabor de sus fluidos. Esto volvió loco a Wei Ying, quien apretó fuertemente el pene de Lan Zhan, por sobre el pantalón, quien soltó un gemido de placer. Placer generado por el toque de Wei Ying en su miembro y el sentir del sabor dulce de sus fluidos que traspasaban el pantalón. Wei Ying, se lanzó nuevamente a los labios de Lan Zhan, besándolo intensamente, disfrutando el sabor de sus bocas. Pero él quería más. En un intento osado, con su mano aun frotando el bulto de Lan Zhan, usando la otra mano, desabrochó y comenzó a bajar la cremallera del pantalón. Deseaba tener ese gran trozo de carne palpitante en sus manos. Manos que eran mucho más pequeñas, que aquel pene que aún estaba oculto. Pues Lan Zhan, llevaba un bóxer ajustado, que casi estaba por romperse, por la presión que ejercía su erección. Quería desnudarlo, sentirlo piel con piel y eso lo hacía mojarse aún más.