La primera vez

¿Por que no te quedas conmigo esta noche?

—¿Por que no te quedas conmigo esta noche? — Hago aquella pregunta sin pensarlo dos veces afuera llueve a cantaros y sinceramente, no quiero dejar ir a santos desde que lo conocí movió algo en mi sin embargo no me había dado cuenta hasta el primer día que me beso, siento que se tensa de pronto lo veo nervioso, indeciso no se como explicar su reacción estos momentos solo se que esto perdida en su mirada y lo necesito ahora aquí en mi casa, en la cama.

—María teresa yo..... —Traga saliva y me mira sin palabras, realmente esta dudando de mi invitación, siento un poco de pena necesito que me haga el amor, desde que me beso en la entrada de la casa de mi padre hubiera querido que ese momento llegara, pero Santos se dedico a cuidar de mi aunque yo quería algo mas. había descubierto por que las mujeres de puerto bravo iban tras el y desde hace mucho necesitaba decirle esto que me ha salido desde el fondo del corazón 

—Santos no digas nada por favor —Al acercar mis labios a los suyos puedo sentir su sangre arder de deseo finalmente nuestros labios se unen, tomándome por la cintura nuestras lenguas se encuentran y un rugido escapa de su garganta, puedo sentir como poco a poco crece su deseo entre las piernas, su miembro empuja embravecido contra su bragueta, muchas veces imagine este momento desde que lo conocí para ser más concreta y lo tengo entre mis brazos a mi merced no lo voy a dejar escapar, nos movemos por la cocina, mientras nuestras lenguas luchan con saborearse, me muerde el labio inferior no quiero soltarlo no el a mi tropezamos con los muebles llegando hasta la sala deja de besarme le dedico una sonrisa juguetona, camino dos pasos cuando me atrapa sus labios se apoderan de mi cuello, suavemente se abre paso por mi cabello enseguida doy vuelta para verle la cara tiene las mejillas encendidas y la mirada llena de deseo.

—Harvard tengo que decirte algo. —Titubea no obstante dejo hacerle saber de todos los deseos que he estado conteniendo desde que lo conocí con un beso más profundo, comienzo a desabotonar su camisa con tal desesperación, que algunos botones salen volando en el proceso, seguimos moviéndonos por el departamento entre risas y besos traviesos siento el borde de la cama detrás de las rodillas y caigo un poco mareada obnubilada con ver su torso desnudo, santos es perfecto hago un recorrido de besos y chupo sus tetillas, sonríe cuando nuestros ojos se encuentran, con manos temblorosas se encarga de quitarme los zapatos y la ropa de pronto al detenerse en los botones de mi brasier este no sale de una pero lo logra al fin puedo hacerme de sus pantalones y quedamos desnudos finalmente.

—Eres tan bonita. —Me acaricia la mejilla con dulzura

—Ya me lo habías dicho antes Santos —La temperatura de mi cuerpo no es normal siento tanto en este momento que no puedo procesar todo lo que esta pasando.

—No te lo dejare de decir nunca Harvard eres demasiado bonita para mí.

—Y tu eres demasiado perfecto para mi Santos Sandoval déjame decirte que estoy celosa por todas aquellas mujeres que han pasado por tu cama. —Con uno de sus brazos me arrastra hasta la parte central de la cama y puedo sentir su erección empujando mi vientre bajo.

—María Teresa Arteaga tal vez muchas mujeres hayan pasado por mi cama, pero con ninguna de ellas he hecho el amor. —Entorno los ojos sus palabras me han llegado al fondo del alma con su dedo índice, me manda a callar cuando quiero decir algo más, busco en la mesilla de noche un preservativo lo coloco sobre su potente erección, afuera la tormenta arrecia por momentos y el silencio en la habitación nos lleva a besarnos nuevamente, sin embargo santos se encarga de hacerme sentir plena bajando desde el cuello hasta mis senos turgentes, se lleva a la boca uno de mis pezones y gimo de puro placer luego se dedica al otro con mucho cuidado, me abre las piernas con su rodilla de manera suave, sintiendo la punta de su pene contra la entrada de mi sexo estoy húmeda lo necesito ¡YA! Y lo hace mirándome a los ojos me penetra de una lo siento muy dentro, me llena como nunca nadie lleno ese vacío, mi corazón late con fuerza, con cada embestida crece más ese deseo de no dejarlo ir nunca