Sueños humedos [Creek]

Extraño suceso

Aquel abrazo fue lo suficientemente acogedor como para dejar dormido al rubió aun teniendo el miembro tan levantado. Craig por otra parte no podía dormir mucho, con mucho cuidado colocó a su novio en el sillón, dirigiéndose así a su cuarto por una sabana que tape a su pareja, y precisamente para tapar algo vergonzoso proviniendo de este.

Aunque su pareja se encontraba descansando tan cómodamente, estaba en duda si levantar o no, despues de todo aun no se sentía completamente él para hacerlo, ya que hace algunos minutos literalmente había echo una de esas locuras que nunca imagino hacer.

-Es bastante penoso ahora que lo pienso- pensó aquel pelinegro, mirando a su pareja durmiendo en el sofá- ... Fue más vergonzoso lo que tú dijiste, Tweek... -

Despues de aquello Craig se dirigió a la cocina, a pesar de que eran las 7:30 debía cenar algo. Al igual que Tweek debía de preparar algo para ambos y esperar que este levantarán... Si es que se levanta.

Al terminar de pensar que tipo de comida podría preparar opto por hacer una sopa especialmente para su pareja.
El preparar una sopa no era difícil, lo difícil sería que su novio Tweek levantara a tiempo.

━━Esperaré algunos minutos━━Pensó Craig despues de terminar aquella sopa ━━No creo que duerma tanto━━

Después de 2 horas decidio empezar a sacudir al rubió tenía al menos que comer algo, no puede dormir sin haber cenado, eran sus pensamientos como toda una mamá gallina.

Así de rápido se rindió y decidió comer solo y guardar la sopa para después recalentarla.

El sueño del rubió estaba bastante agradable, se notaba la saliva comenzo a brotar de su boca. Aunque Craig se encontraba delante de él esperando parado a que este se levantará, ¿qué más podía hacer? Sacudirlo no funcionaba, tal vez al sentir la presencia de alguien obserbandolo lo levantará.

Lamentablemente este no fue el caso hasta después de algunos minutos Craig prefirió irse a dormir en su cuarto tal vez puedo dormir más esta vez, además extrañaba ver a Stripe, quien lo estaba esperando en su habitación.

[...]

El reloj marcaba las 11:56 p.m

Aquel rubió empezó a abrir los ojos lentamente al principio sin ganas de levantarse en absoluto pero sentía que era tarde y que otra vez se había desvelado.